Una vez un amén dejó en mi boca
la huella de una fe sin convicción
atada a un viejo mito sin razón,
grabado en un decálogo de roca.
A la búsqueda eterna, conminado,
de una verdad expuesta, intrascendente,
me vi como se ve el adolescente
a comprender lo que otros le han legado.
Me llama al planteamiento del problema,
a alguna explicación, a una manera
de ver… Es una realidad inerte.
Me agobia padecer la estratagema
de la verdad, del mito de la ciencia
que guarda para sí la omnipotencia.
Glauco