De a poco se termina
mi boca y ya no dice nada, nada.
El silencio asesina
a mi boca callada.
Es mi boca barranca silenciada.
Y aunque suena en mi mente
el eco de mi pobre pensamiento,
es un eco silente
que se escucha un momento
en un callado suspiro de aliento.
Yo no sé qué decir
cuando tengo delante un par de oídos,
sólo quiero vivir
encerrado en el ruido
que al poner atención se hace sonido.
De a poco se levanta
mi boca y se hace ritmo y melodía
en mi recta garganta.
Nacida la armonía,
te quiero hablar como antes no sabía.
Glauco