¡Ay de las acciones de los héroes!
Nacen en un momento sin tiempo
y aunque acabe el momento nunca mueren.
Duran como el alma sin el cuerpo.
Sin embargo, el héroe no se entera
de que sus acciones son eternas.
Cuando es salvado un niño
el héroe muere al frío.
Y en la risa pueril de la esperanza
queda tenue la canción del llanto
que sabe bien que el niño y su alabanza
son reflejo de un héroe sin manto.
Cuando un amigo aprovecha los favores
el héroe amigo se encuentra con los pobres.
Y el sol iluminando la amistad
hace posible que exista la sombra
del éxito cubriendo la caridad;
el héroe da pero jamás se nombra.
Cuando se dan amor mamá y papá
el héroe sólo será uno de dos.
Y la miel de su beso acabará
dándole al llanto lugar en la voz.
El salvado conocerá lo que es amar
y el salvador conocerá el dolor.
Cuando el mundo estalle por la guerra
el héroe se consumirá en el fuego.
Y del fuego se reformará la tierra,
el mar, la ley, las pestañas y el cielo,
dándole al mundo una palabra nueva
para acceder a conocer el amor nuevo.
¡Ay de las acciones de los héroes!
Hacen del héroe momento olvidado,
porque él da su vivir por tantos seres
quedando solo, muerto y mutilado.
El héroe debe dar su sufrimiento
para salvar al hombre del tormento.
Glauco