De niño me sentaba en la banqueta,
miraba a las niñas ir a la escuela,
miraba a los niños en bicicleta,
pensaba en los regaños de mi abuela,
saboreaba el dulzor de una paleta,
sentía en mi pie el desgaste de mi suela.
De niño no sabía adónde mirar,
sólo miraba las cosas pasar.
Soñaba con ser alto, invulnerable.
Soñaba con vivir un día sin miedo.
Soñaba con que lo desagradable
algún día dejaría de ser mi credo.
Soñaba ser un hombre memorable
pensando la niñez como un remedo.
De niño descubrí que la alegría
sería un sueño que siempre soñaría.
De niño reclamaba por mi madre,
quería que me viniera a dar un beso.
De niño, de la mano de mi padre,
dejaba de ser niño y era preso.
De niño, padre y madre eran caladre
del mundo para hacerme niño ileso.
De niño ya sabía qué era una herida,
mas no sabía que es parte de la vida.
De grande vivo tanto como puedo.
Deseo que haya una escuela de la vida.
De grande, algunas veces, siento miedo
de no saber por dónde es la salida.
De grande mi niñez es un recuerdo
sentado en la banqueta, en la avenida.
De grande la esperanza y el cariño
abrevan de mi sueños cuando niño.
Glauco