Presentación

Presentación

sábado, 30 de noviembre de 2019

Sin ti, mamá

Sin ti, mamá, no hay vida;
comer sin tener comida;
es entrar por la salida
y salir sin despedida.

Sin ti, mamá, no hay sueño;
llorar sin fruncir el ceño,
reposando sobre un rueño:
almohada de mi desvelo.

Sin ti, mamá, no hay dulzura;
enfermar sin una cura;
llorar la pena futura
y quererte con locura. 

Sin ti, mamá, no hay miradas;
ver sin poder ver nada;
no se encuentra en las cañadas
agua fría cristalizada. 

Sin ti, mamá, no hay sentido;
vivir caminando herido;
nací sin ser elegido
y muero siendo mi destino. 

Glauco

viernes, 29 de noviembre de 2019

Somos tantas cosas

Somos la parte que parte al infinito
y la parte que se parte en mil pedazos.
Somos lo bueno que luce bonito
metido en el pecho, llevado en los brazos.

Somos las ramas del árbol de Porfirio:
árbol de manzanas, frutos y semillas.
Somos el placer que causa martirio
en los palpitares bajo las costillas. 

Somos delicadas delicias deliciosas,
delicadas flores de un jardín cualquiera.
Somos unos cuantos aromas de rosas
de un jardín sembrado en la primera tierra. 

Somos el sujeto: sustancia y sustrato,
somos todo y algo, somos gota y lago.
Somos las virtudes, hábitos y trato
que llenan la vida con un solo trago. 

Somos lo que somos y lo que hemos sido:
pasado, futuro, presente perenne.
Somos lo que somos, lo que hemos vivido,
lo que atesoramos, lo que no se tiene. 

Glauco

jueves, 28 de noviembre de 2019

Nochebuena

Germina fuego en todo un sembradío.
Crece y, sin propagarse, se propaga
la imagen de un amor que no se apaga;
la imagen de un amor que apaga el frío. 

Pequeñas llamas en su campamento
se riegan con fulgor de mil diamantes.
Hojas rojas y verdes son amantes
que llenan de fuego cada momento. 

Boca de fuego, canto de sirena,
fruto prohibido, fruto de la vida
fuego infinito, tierra sumergida,

vida esperada, flor de nochebuena,
eres el fuego que en el mundo encumbra
y ahí en la cima nos cuida y alumbra. 

Glauco

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Profecía

Lo dicho alguna vez será futuro
y una vez dicho ya será presente.
El tiempo dicho ya no es diferente.
Una vez dicho el tiempo ya es maduro. 

Se dice que el pasado habla primero
y que lo hablado llegará algún día.
El tiempo dicho en la boca se enfría
y las palabras en tiempo son fuego. 

Así entre hablar y no se va la vida
y así entre hablar y no la vida viene;
viene y se va; en el tiempo se sostiene. 

El tiempo y la palabra dan cabida
a la más grande de las alegrías:
la esperanza que da la profecía. 

Glauco

martes, 26 de noviembre de 2019

Como tú

Amar como tú quisiera.
Quisiera andar por la tierra
dándole amor a cualquiera,
al que acierta y al que yerra. 

Andar como tú quisiera.
Quisiera amar justamente
a la planta y a la fiera,
a uno y a toda la gente. 

Sentir como tú quisiera.
Quisiera sentir la cruz,
sus clavos y su madera
su oscuridad y su luz. 

Pensar como tú quisiera.
Quisiera pensar en todo
lo que está adentro y afuera
del ángulo de un recodo. 

Cantar como tú quisiera. 
Quisiera cantar contigo
una canción lisonjera
del honor de ser tu amigo.

Comer como tú quisiera.
Quisiera comer tu pan
y beber de tu solera,
ser tuyo en la eternidad. 

Hablar como tú quisiera. 
Quisiera hablarle a los muertos,
a los vivos y a quien quiera
tener los brazos abiertos. 

Tocar como tú quisiera.
Quisiera tocar un ciego
y que al tocarlo me viera
como vio Moisés el fuego.

Callar como tú quisiera.
Quisiera callar tormentas
y callar a las mareas,
callar las almas violentas. 

Amar como tú quisiera.
Quisiera amar lo que he visto.
Quisiera que mi alma fuera
digna de ser Jesucristo. 

Glauco

lunes, 25 de noviembre de 2019

Borracho

En la nube del humo de un cigarro
se perdió la dulzura de mi aliento.
Perdido en el vapor que sube lento,
anclado al suelo lloro y me desgarro. 

En el perfume de escocés con soda
se perdió de tus labios el sabor. 
Perdido en el perfume y en su olor,
me ahogo en el recuerdo de una boda. 

El alma bebe y fuma y se destroza,
perdida en una oscura habitación. 
Oscura la insatisfecha razón

se vuelve versos que al hablar son prosa
y dice los enredos de una boca
que muere y en dos vicios se desboca. 

Glauco

sábado, 23 de noviembre de 2019

Si lo que se dice es cierto...

Si lo que se dice es cierto,
las mujeres no manejan,
sólo lloran y se quejan; 
Pedro Infante no está muerto,
vive en corazón abierto;
los varones son infieles,
parranderos y algo crueles;
los niños son tan sinceros
tal cual hombres parranderos;
tiene el éxito sus mieles. 

Si es verdad lo comentado
que unas tijeras te velen
y las brujas no te lleven;
no arrojes nunca los dados
ni llores por todos lados;
romper no es desarrugar
querer y amar no es igual;
sólo lloran las mujeres;
si te pega no te quiere;
en el pedir está el dar. 

Madruga y te ayuda Dios;
para el que no se desvela
hay quien se la pasa en vela;
siempre piensan mejor dos;
hay un negro en el arroz;
si te marchas a La Villa
seguro pierdes tu silla;
si quieres que alguien se ría
cuenta tus penas María;
el sol para todos brilla. 

Son pardos todos los gatos
en la noche; son bonitos
el sol y los pajaritos;
un trato siempre es un trato;
la vida sólo es un rato;
se va al pozo el hombre muerto,
y yo, el vivo, me divierto;
el mundo tiene sentido, 
tiene sentido estar vivo,
si lo que se dice es cierto.

Glauco

viernes, 22 de noviembre de 2019

Querida Grisel,


Dulce color de abril, inmenso manantial de dicha, amor y encanto. Miel de noviembre y plácido sueño. Hoy tomo asiento en lo que algún día fue nuestro nido de una vida feliz. Cada día que transcurre la imagen de tu recuerdo se desvanece; son ahora migajas de un goteo intermitente de nuestro amor.

Al mirar el cielo imagino tu voz, susurrándome un “te amo”, el cual se volvió un eco que resuena perennemente en mi corazón. No sé si hicimos bien en alejarnos, quizá nuestros caminos no estaban destinados a cruzarse. ¿Forzamos esta unión? 

Camino por la ciudad, y cada rincón golpetea en mi alma con martillos de hierro que siempre te amé, que pudimos llegar juntos a ese lugar en el que sólo los amantes se regocijan infinitamente. 

Daría lo que fuera, mi vida, mi último suspiro, cada uno de mis más bellos momentos para estar un día más contigo. Clamo al cielo  el poder pasar un instante a tu lado, para oír de tu voz (como solías hacerlo mientras acariciabas mi cabello) que todo estará bien.

Tu partida dejó un hueco inmenso e indeleble en mi alma, que terminará resigándose a vivir atado a un cálido espejismo. A un sueño del que nunca quise despertar.



Aurelius

Sin respirar

Desde que te fuiste dejé de respirar,
detuve mis latidos esperando
que vuelvas para ponerlos a andar;
ahora no sé si volverás, ni cuándo. 

Miré la luna deteniendo el mar
y el magnetismo se hizo eterno.
Te miraré de lejos por la eternidad.
La eternidad detiene el movimiento. 

El chuparrosa dejó de volar,
murió y murió la rosa sin su pico.
Parar el tiempo no deja esperar;
se espera por el no nacido hijo. 

Ya jamás muere Dios en el altar,
jamás será llamado Dios bendito. 
El mar de lágrimas que me brota al llorar
es feo sin ti, antes era bonito. 

No puedo ni quiero volver a amar.
No quiero ser la víctima del tiempo. 
No quiero volver a respirar
hasta que el movimiento se haga eterno. 

Glauco

martes, 19 de noviembre de 2019

Desviando mi mirada

Desviando mi mirada logré sentir la tuya.
El miedo de sentirla me hizo querer buscarla.
Habré de dar con ella aunque ello me destruya;
mirada que me endulza con tan sólo mirarla.

Es dulce cual perfume de dátil y manzana,
mirada de noviembre, de otoño en el adviento,
es una luna doble que inunda de mañana
la noche en la que vivo desde hace tanto tiempo. 

Es una bomba oculta tras dos finas cortinas
de negro delineadas y al abrirlas estalla. 
El estallido envuelve de lágrimas salinas
mi ser. Tú me destruyes, tus ojos me desmayan. 

Temo a la buena vida y a no saber vivirla,
que tus ojos me miren, curándome la herida
de una experiencia mala que huye de dividirla.
Le temo a tu mirada que al caminar me cuida. 

Te busco en la palabra: sirena seductora
de mares y mareas, de barcos y marinos. 
Eres esa mirada parpadeante y cantora,
que apaga a los humanos y enciende a los divinos. 

Y así por buena suerte tus ojos me han hallado.
Espero que mi mente no entienda que no entiendo,
prefiero seguir siendo un amante engañado,
entender en tus ojos que es cierto lo que siento. 

Dátiles y manzanas son celofán del cuello,
de tus tersas mejillas y tus ojos castaños,
huelen a envolvimiento del aroma más bello,
huelen a imagen viva que durará mil años. 

La sal de tus sudores se mira en el bruñido
cobijo de tus pieles y enciende mis amores
nocturnos, temerosos, en el lecho mullido
donde duermo tranquilo pero sueño temores. 

Sentirte toda quiero, quiero sentirte toda,
sentir cómo me miras; tus ojos hojas rojas
de otoño en el invierno en mi piel se acomodan,
me vuelven la hojarasca hecha de rojas hojas. 

Hago que no te miro, pero te miro siempre,
en pasos y pasillos, en párpados y sueños.
Miro tu espalda breve y tu ceñido vientre,
veo en ellos el futuro de futuros pequeños. 

Cuando cruzas mi vista eres un meteoro,
pasas y te vas pronto dejando impresionada
a mi visión de todo. Ante esa impresión lloro
y doy la media vuelta, desviando mi mirada. 

Glauco

domingo, 17 de noviembre de 2019

Eternamente

Eres fuego en la noche, fuego de muerte y vida,
ardiendo y extinguiendo razones y deseos,
eres razonamiento que al tacto se suicida,
que al tacto se levanta en miles de aleteos. 

Eres el ave inmensa que vuela al paraíso
de carnes nocturnales, oscuras y lascivas.
En el cielo que vuelas la virgen se deshizo
para que entre tus alas nacieran llamas vivas. 

Entre calientes nubes y sábanas hirvientes
dibujas las figuras de flamas que se funden
en una sola flama; imágenes nacientes
que salen de la boca y en el vientre se hunden. 

Hierve la noche oscura en todo lo que eres:
eres planta del campo, eres ramo de flores,
eres fuego en los hombres y fuego en las mujeres,
eres la muerte viva viviendo en los hervores

de toda la existencia de plantas y animales
creciendo en este mundo eternamente lleno. 
Eternamente vuelas entre bienes y males.
Eres el cielo malo y eres mundo bueno. 

Podríamos ser eternos de dos modos distintos:
fundirnos en razones, doctrinas y creencias
o matar a los dioses en los bajos instintos
de las bocas y vientres: eternas disidencias. 

Eres la diferencia oculta bajo el barro,
oculta en la costilla y oculta en aquel fruto. 
Eres la semejanza hallada con el faro
de la naturaleza que nos vive sin luto. 

Andando por la tierra sin penas y sin gloria
llevamos los deseos, llevamos las razones,
a la más estimable visión de la memoria:
la visión del encanto de nuestros corazones. 

En sábanas y nubes se vierten las cenizas
de múltiples ciudades quemadas por las llamas
de grandes explosiones; bombas de llanto y risa
desgarran corazones y hacen hervir las camas. 

No hablo del desenfreno, aunque eso se aparente
en mis escuetos versos, que se enciende en el sexo,
hablo de aquel deseo puro e incandescente
que se prende en los huesos y viaja entre los besos. 

Eres noche en el fuego, fuego de vida y muerte
razones y deseos ardiendo y extinguiendo
la muerte del suicida que renace en el vientre
de lo que pasa y queda eternamente hirviendo. 

Glauco

sábado, 16 de noviembre de 2019

Los cambios

Son unos años extraños:
ya no zumban las abejas
ni muere la gente vieja,
ya no pastan los rebaños
ni nos mienten los engaños. 
Son unos tiempos violentos:
las abejas y los muertos
vuelan sin ver dónde giran,
rebaños y engaños miran
cómo cambian los momentos. 

Glauco

viernes, 15 de noviembre de 2019

Oculto

Se ocultan tantas cosas en el mundo:
mil manos pasionales bajo un manto;
la cuenta de segundo tras segundo;
el viento sin obstáculo y sin canto. 

Las nubes y la luna en el nocturno
paisaje se ocultan en el miedo.
Se ocultan los rayos en el diurno
resplandor con que adorna el sol el cielo. 

El rojo detrás de tantas flores,
tantos labios, tantas fresas y manzanas,
se oculta en los aromas y sabores
que adornan las noches y las mañanas. 

Un misterio sin causa ni sentido
esconde en su sentido y en su causa
aquello que lo mantiene escondido,
ficticia imagen de impiedad y gracia. 

Glauco

miércoles, 13 de noviembre de 2019

¡Ay de los que cargan el cansancio!

¡Ay de los que cargan el cansancio!
Jamás podrán cargar montañas,
jamás irán por llanuras extrañas,
jamás caminarán por el espacio. 

¡Ay de los que cargan el cansancio!
Llevan en él los pasos y los pesos,
llevan la boca llena de bostezos,
llevan la carga de desear descanso. 

Y van por la vida sin alzar la vista.
Y van por el suelo sin tocar el cielo.
Y van por el llanto inundando el llano.
Y van por la lluvia en la tormenta turbia.

¡Ay de los que cargan el cansancio!
El llanto llorado pesa lo que el mar;
las alas del gallo no pueden volar;
el llanto llorado es todo un océano.

¡Ay de los que cargan el cansancio!
Caminan para hacer corto el camino
y en el camino nuevo hay desatino.
A veces andar menos duele tanto. 

Y van con las penas en las manos llenas.
Y van con los cayos como vasallos. 
Y van con la muerte leyendo su suerte.
Y van con el viento pesado y muerto. 

Glauco

martes, 12 de noviembre de 2019

Mirar moreno

Eres los ojos de mirar moreno
contrastando con tu campo albino
en donde crece mi besar sereno. 

El campo blanco, navidad de niño,
florece y crece en el rubor de mayo:
flor de la primavera del cariño. 

En esos ojos ando y me desmayo
igual que una doncella enamorada
del raudo escalofrío que enciende un rayo. 

Sereno beso, dientes de granada,
que pinta, cual se pintan novedades,
mis sueños en los sueños de tu almohada. 

Tu cuerpo, artista de las tempestades,
lleno de campos, rayos y tus ojos
me arranca y ata aquí en mis soledades. 

Eres la entrada de los labios rojos,
puerta a la eternidad de Adán y Eva.
Eres el campo y todos sus rastrojos. 

La eternidad, jarrón de donde abreva
mi amor, es el mirar de tu ojo bueno,
sirena que me atrae hacia su cueva. 

Cueva de ambiente sexual y sereno,
hazte mi casa y hazte mi universo,
sé para siempre mi mirar moreno.

Glauco