Presentación

Presentación

lunes, 31 de agosto de 2020

El orador



 Me falta vocabulario

para ser buen orador.

Para ser buen hablador

necesito hablar a diario

con seres imaginarios

y también con los reales.

Hasta con los animales

quiero hablar del infinito.

Quiero hablar como erudito

de palabras inmortales. 


Digo algunas palabrejas

disfrazadas de cultura.

Vacías de literatura

y endulzando las orejas

mis palabras están viejas. 

Lo que otros dicen yo digo.

Doy cascarilla por trigo.

La retórica es valiosa,

sirve para cualquier cosa,

hasta para ser amigo. 


Me falta tomar en serio

las palabras en sí mismas,

dejar que dejen estigmas

empapados de misterio. 

Me falta tener criterio

para hacer un buen discurso

rico en razón y recurso.

Sólo logro habilidad

para poder ingresar

a un raquítico concurso. 


Digo algunas palabrillas

disfrazadas de hermosura,

pero lo hermoso no dura

como pa' ser maravilla. 

Mi discurso es la cosquilla

que pasa duro y directo

sin mantener el efecto

de la alegría duradera.

Hablo de cualquier manera.

Es ese mi gran defecto. 



Glauco

viernes, 28 de agosto de 2020

Pobres de los locos


Pobre del que se cree loco,

cree que por ser diferente

no se entiende con la gente.

El entendimiento es poco

cuando la gente tampoco

es del todo semejante.

El atrás es adelante

y el arriba es el abajo,

el descanso es el trabajo

y el amado es el amante. 


Pobre del viejo Quijote,

lleva en sí el entendimiento

de un loco sin fundamento,

va navegando en un bote

que no se mantiene a flote. 

Pobre del viejo Quijano

se le acusa de mundano

porque se nota distinto.

Ser distinto es el instinto

de todo el género humano. 


Y pobre del carpintero

que dió por todos la vida,

ahora su vida es querida

por locos y pordioseros

que quieren morir primero. 

Pobre del hijo de Dios,

que de tanto echar su voz

al mundo de la locura

les arrancó la cordura

a todos los que salvó. 


También pobre del partero

que aluzaba la razon,

fue objeto de imitación

de sofistas y voceros

en su pensamiento entero. 

Pobre del conversador,

Diotima le habló de amor

y el Daimon le habló de todo.

De uno y de todos los modos

copiarlo sería un error. 


Y pobre dama locura,

es ansiada por cualquiera.

Todos quieren que los quiera

porque piensan que es la cura

para esta vida tan dura. 

Pobrecita esta mujer,

la buscan por su poder.

Ignoran que está maldita,

quien la tiene necesita

saber por su no saber. 


Pobre del que cree que sabe

a qué sabe la belleza,

sólo pierde la cabeza

cómo se pierden las aves

entre las nubes más suaves. 

Pobre del que apaga el foco

y se queda viendo poco,

se concentra en pequeñeces

permitiendo que los jueces

le sigan llamando loco. 


Glauco

jueves, 27 de agosto de 2020

A papá: soneto y elegía


Perdóname por no ser lo que esperas.

Se nota en tu mirada el descontento.

Y aun descontento quiero que me quieras. 


Perdóname si busco asir el viento

para soplar dentro de las mareas

que causan estrechez de sentimientos. 


Perdóname por ser el alma fea

que por buscar soplar tira el molino

haciendo parecer que da pelea. 


Perdóname por ya no ser tu niño,

por ya no ser el hijo que querías,

por no seguir tu trazo del camino. 


Perdóname si en mí tus alegrías

se desvanecen con sólo mirarme,

pero el mundo ya no es lo que vivías. 


Perdóname si tus deseos de amarme

se ven mermados por mi oscuridad,

por haberme marchado y no quedarme. 


Perdóname si al ir tras la verdad

mi boca se ha vestido de rechazo

a lo que tú te buscas aferrar. 


Perdóname por arruinar tu ocaso,

el que querías vivir plácidamente.

Perdóname por tomar de tu vaso. 


Perdóname por vivir el presente

cuando quieres vivir en tu pasado.

Perdóname por parecer ausente. 


Perdóname por no buscar tu lado,

sino buscar el lado universal.

Perdón si al parecer te he rechazado. 


Perdón si mi presencia te hace mal,

si de admitirlo no tienes la fuerza.

Perdón por parecerte un animal. 


Perdóname por dar a tu cabeza

el eterno dolor que te acompaña,

por el cual ya no saludas ni besas. 


Perdóname si acaso esto te daña.

Perdóname si acaso esto te aleja. 

Perdóname si acaso esto te engaña. 

Perdóname si acaso esto te deja…


Eres en mi prisión una ventana

por la que miro el mundo conocido.

Eres gaviota al viento que ha vivido

la dicha de volar por la mañana. 


Eres en mi destierro un viejo mapa

que me lleva de vuelta a los amores.

Eres un caballero de valores

que se defiende con espada y capa. 


Papá, juro por Dios que yo te quiero,

que veo en ti un gran pasado y un futuro

que sólo en el presente está seguro. 


Papá, gracias por ser ese viajero

que le ha dado a mi vida bendición.

Gracias por darme vida y darme amor. 


Glauco

miércoles, 26 de agosto de 2020

La palabra suena

 

Se llena la palabra de sonido

cuando el sonido lleno está de aire.

Se mueve la palabra con donaire

cuando no es alcanzada por el ruido. 


Endulza ese donaire los oídos,

seduce a la razón y a su desaire.

Sonido y movimiento hacen el baile

en donde la palabra hace sentido. 


Por eso hay que escribir como tormenta

de viento sobre el campo del papiro,

para que cada letra sea un respiro. 


Así en cada respiro se acrecenta

la vida con que suena la palabra;

palabra que en el sonido se labra. 


Glauco

martes, 25 de agosto de 2020

El viaje del viento

 

Apenas respirar ya comienza el viaje.

El aire es el primer bien del equipaje.

El llanto lleva nuestro primer mensaje. 

Dar signos de estar vivos paga el peaje.


Apenas en el aire encontrar sonido,

distinguir sentimientos según el ruido. 

El llanto es un mensaje indefinido. 

Define la palabra que estamos vivos. 


Apenas pasado el tiempo, pasa la vida.

Pasa el aire por la boca distinguida.

Entra y sale la palabra tan temida.

Y el camino de este viaje se termina. 


Apenas exhalar se acaba el pasaje.

Dejamos la memoria como un anclaje. 

Nuestra palabra pierde todo ropaje. 

Y el viento de lo eterno se va a otro viaje. 


Glauco

lunes, 24 de agosto de 2020

La embriaguez me trajo el miedo

 

La embriaguez me trajo el miedo

a las noches sin recuerdos. 

Noches perdidas sin alma,

sin vida y sin la palabra. 


Me trajo un penar perpetuo

sin recordar por qué peno.

Sin saber quién y qué soy

no hay donde fundar el hoy. 


Ahora no siento que duermo,

siento que sólo me pierdo.

Siento la vida pasar

pero no sé adónde va. 


¿En dónde andará el sereno

cuando me voy y no vuelvo?

¿En dónde estará el pasado

cuando mi ser lo ha olvidado? 


Ya no siento. Ya no pienso.

Ya no vivo. Ya no muero. 

Ya no siento el pensamiento,

ni vivo pa' ser eterno. 


La embriaguez me trajo el miedo

a perderme en un momento.

Alma perdida en la noche

sin vida, sin fe y sin nombre. 


Glauco

viernes, 21 de agosto de 2020

Haiku del campo

 

La tierra verde

levantando sus manos

nos acaricia. 


La café tierra

subida en nuestros pasos

nos acompaña. 


La quieta hierba

dibuja su figura 

en la memoria. 


Las pocas flores

dibujan la belleza

del que imagina. 


Las señoritas

que van de lado a lado

nos entusiasman.


Y las señoras

que van de un lado a otro

sólo reclaman. 


Los jovencitos

también pasan y pasan

emocionados. 


Y los señores

se sientan mientras miran

con malos ojos. 


Los pajarillos

descargan sus desgracias

en los sombreros.


Y las palomas

arrullan a los hombres

para que callen. 


Los vendedores

gritan entre los gritos

que se les compre.


Y las marchantas

dicen por los pasillos

—la vida es cara.—


Niños mugrosos

recogen lo caído

pues no es de nadie. 


Los niños pulcros

recogen lo caído

pues es de todos. 


Mujeres bellas

que van toda la vida

dando belleza. 


El mal se olvida

en un bello paisaje

tan cotidiano. 


Glauco

jueves, 20 de agosto de 2020

Quiero ser



Quiero ser los ojos de aquel hombre

que entre la multitud busca a su amada.

Son ojos que acarician los estorbos

y llegan al abrazo en el encuentro.

Son ojos de calor y vida eterna,

de Dios que tras terminar contempla. 


Quiero ser las calles de la historia

por donde han pasado los olvidados 

Son calles que llevan el pasar de todos

y de todos se han labrado un nuevo rostro. 

Son calles imbuidas de sonrisas

que fueron y vinieron como la brisa. 


Quiero ser el vientre que se inflama

con la vida nueva y el deseo

de tener siempre viva la esperanza.

Ese vientre que se llena de alabanzas.

Ese vientre que se lanza hacia el futuro

como lanza el árbol algunos frutos. 


Quiero ser la llama de los libros

encendida en los dolores y alegrías. 

Esos libros suavemente acariciados

por las lágrimas de los enamorados. 

Esos libros que de amor llenan el mundo

porque están llenos de buen amor profundo. 


Quiero ser un ladrón desesperado

por hacerse del bien que le hace falta. 

Ese ladrón condenado por los otros

porque no les puede ver el rostro. 

Ese ladrón que llora porque Dios

no le dió el bien que siempre buscó. 


Quiero ser labios rojos que palpitan

por la sangre que corre hacia sus pliegues. 

Esos labios que besan, dicen, sangran,

el amor en acciones y palabras.

Esos labios que tiemblan por la sangre

que les arde entre sed, amor y hambre. 


Quiero ser la lluvia que descansa

al caminante cuando va de lado a lado. 

Esa lluvia que da lágrimas al hombre

aunque de ella él se esconde. 

Esa lluvia empañadora del paisaje

que le da a los hombres nuevo viaje. 


Quiero ser el secreto del origen

de la noche que en pleno trae el día. 

Ese secreto bañado del misterio

creador de las ideas dichas en serio. 

Ese secreto del amor que nadie sabe

porque del amor no se salva nadie. 


Quiero ser esa temblorosa escena

que se calla cuando el amor se muestra. 

Esa escena invisible y suavecita

que la dama y el hombre necesitan.

Esa escena salvaje incomprensible,

abrazada por todo lo invisible. 


Quiero ser esa cuerda de guitarra

que sostiene un cantar con el silencio. 

Esa cuerda que va por la frecuencia

haciendo surcos a la vez que tiembla. 

Esa cuerda que calla respetuosa

mientras sus hermanas dicen otra cosa. 


Quiero ser foco que gasta energía

cómo abnegada de hace tiempo. 

Ese foco que sabe de carencia

de energía pero nunca de la ausencia. 

Ese foco que el eléctrico azul

lo convierte en amarilla luz. 


Quiero ser la pintura que ve el arte

del creador caminar delante suyo. 

Esa pintura que su ser expresa

mientras da lo que debe a los que piensan.

Esa pintura que no piensa sola

y que aquel que la ve la piensa toda. 


Quiero ser la nariz que se abalanza

entre el cuello, la nuca y el cabello. 

Esa nariz que acaricia para adentro

llevando esa caricia hasta el centro. 

Esa nariz perdida entre los besos

que a su vez sale para hacerlos presos. 


Quiero ser la mirada de la dama

que se siente mirada por el hombre

que la mira como quien mira y ama

aunque amar no le haga saber su nombre. 

Esa mirada que ha sido descubierta

y descubre la mirada en otra puerta. 


Glauco