Tu tierna boca es el terrateniente
de un campo de algodón y rosas rojas,
de ese barbecho brotan tantas cosas
urgidas por el alto sol caliente.
La siembra, que con su esperanza urgente
florece en mil chasquidos de mil bocas,
le grita a la mañana ideas hermosas
surgidas de su lengua, su simiente.
El dueño de esta tierra de cultivo
seduce al crecimiento con sus ojos
haciendo que broten flores gigantes.
En este campo abierto estoy y vivo
plantado eternamente en los rastrojos
de vida de tus besos desde antes.
Glauco