Presentación

Presentación

sábado, 31 de agosto de 2019

Una cualquiera

Los labios centelleantes, como brasas,
se encienden al soplido del aliento
de aquel que de su fuego está sediento,
bañándolo de ceniza y melaza. 

Esos labios son propios de las masas,
dependen del trabajo y del momento
en que cae el dinero cual violento
tornado que destruye muchas casas. 

Con flexibilidad de bailarina
das pasos en el bosque tenebroso
en el que eres placer poco valioso. 

Todo tu corazón es una esquina,
un vértice que junta la grosera
experiencia vivida por cualquiera. 


Glauco

viernes, 30 de agosto de 2019

Los días nublados

Los días nublados son bellos, 
no queman, tampoco enfrían,
van al paso, no corriendo,
van disfrutando la vida. 

Los días nublados dibujan
mil figuras en el cielo,
se puede ver una bruja
y también un triste cuervo.

Los días nublados destellan
algunos rayos azules, 
nuestros deseos allá vuelan
cuando se mueren las nubes. 

Los días nublados son pocas
veces tomados en cuenta,
sólo llenan nuestras bocas
cuando dibujan tormentas. 

Los días nublados dan vista
al cielo donde no hay sol
cegándonos, dan la pista
de que la luz no es calor. 

Los días nublados nos hacen
sentir gozo en la tristeza,
y cuando las nubes se abren
la gente ya no se alegra. 

Los días nublados son bellos,
son pocos y son brillantes,
son la lluvia hecha destellos
y el amor de los amantes. 

Glauco

jueves, 29 de agosto de 2019

Todo es muerte

La muerte, siempre la muerte,
camina por todos lados
con pasos envenenados,
al caminar nos advierte
que en todo lo que hay se vierte. 
Muere el frío con el calor,
y con la negrura el sol;
la muerte también se muere
cuando lo único que quiere
es vivir en muerto amor. 

Glauco

miércoles, 28 de agosto de 2019

Me estoy convirtiendo en la muerte

No podemos dejar de lado
el vicio de nuestros besos,
son como amor inyectado
de los labios a los huesos.
Temblamos ante el horror
de no tener nuestro amor. 

Estallamos en nuestra boca,
incinerando el decir;
la explosión todo lo toca,
nos destruye a ti y a mí. 
Buscamos en los escombros
y nos llevamos en hombros. 

Somos una enfermedad
incurable y nos morimos
queriendo felicidad,
mas sólo nos destruimos.
Detrás de tantas sonrisas
terminamos hechos trizas.

Vivimos en una guerra
como nunca antes la ha habido
sobre la faz de la tierra;
como nadie hemos sufrido.
Nos estamos matando
de tanto estarnos amando. 

Me estoy convirtiendo en la muerte
y habré de destruirlo todo.
Cuando por fin quede inerte,
renacerá un nuevo modo. 
Todo se irá al infierno
donde está el amor eterno. 


Glauco

martes, 27 de agosto de 2019

En la madrugada

Es de madrugada.
Sin ruidos y sin sombras
se pierden en la nada
las cosas que se nombran.
Una oscura espada
desangra la zozobra
y en la desesperanza
la oscuridad avanza. 

Pasos agigantados
avanzan entre el miedo,
y los desesperados
ya no rezan el Credo.
Estallan los callados
en el espacio quedo,
su silencio nos quema
con cenizas de pena. 

Fuego negro y frío
ardiendo en mi mirada
como un hondo vacío;
la nada congelada,
como un helado río,
baña la madrugada;
y yo aquí contemplando
la muerte centellando. 

Glauco

lunes, 26 de agosto de 2019

Corazón confuso

Un corazón palpita aunque no quiera
marcar el ritmo de las emociones
y marca entre las venas las pasiones
nacidas en el alma colmenera. 

La voluntad del alma se acelera
haciendo tormentas y nubarrones,
que parten uno en muchos corazones
con un deseo de ver llover afuera.

En ese corazón se calla y grita
toda una multitud de gozo y pena
y la tormenta es mala pero buena. 

Aunque no quiere, el corazón palpita,
y aunque a menudo parece decidido,
la realidad es que está confundido. 

Glauco

domingo, 25 de agosto de 2019

Hablamos de la verdad

Hablamos de muchas cosas,
de deportes y cultura,
de ciencia y literatura,
de mujeres feas y hermosas,
de experiencias dolorosas;
hablamos de lo que vemos,
los que escuchamos y olemos;
hablamos de la verdad,
también de la realidad,
pero de nada sabemos. 


Glauco

sábado, 24 de agosto de 2019

Luna de miel

Caminando, caminando,
sobre la arena bailar, 
son el ritmo los aplausos
de las palmas del palmar.

Aplauden a nuestros pasos
que sella y que borra el mar,
mientras son iluminados 
por el resplandor lunar. 

El resplandor endulzado
hace un manto en el telar
de tus labios y mis labios
para podernos tapar.

Labios y besos tejiendo
para cubrir nuestra piel,
en el camino aplaudiendo
por nuestra luna de miel. 

Labios y besos cubriendo
a un hombre y una mujer,
brillando y resplandeciendo
como la luna de miel. 

Se escucha entre nuestros brazos
un aplauso singular,
son nuestros cuerpos atados
en la boda natural. 

Se llenan nuestros abrazos
de arena del arenal,
y se levantan los rayos
hijos de la luz solar. 

Caminando, caminando
regresamos al hogar,
que juntos vamos formando
para podernos amar. 

Glauco

viernes, 23 de agosto de 2019

De cinco en cinco

De cinco en cinco
los han formado
en un recinto 
que en lo nombrado
le llaman mano.

De cinco en cinco
forman el puño
que con ahínco
deja un rasguño
en algún punto. 

Y van bailando
con un buen ritmo;
con ritmo amando
todo un abismo,
de cinco en cinco. 

De cinco en cinco
señalo el mundo.
A veces me hinco
hacia lo profundo
marcando el rumbo. 

De cinco en cinco,
cerca del suelo,
se dan un brinco,
teniendo un duelo,
deseando el vuelo. 

Glauco

jueves, 22 de agosto de 2019

Lo que rompiste

Rompiste las reglas
que pongo a mi vida. 
Dejaste en tinieblas
a mi vida herida. 

Herida que llevo
mientras te acaricio
como un hombre ciego
yendo al precipicio. 

Precipicio eres
y no tienes fondo.
Siempre que me hieres,
me pierdo más hondo.

Hondo es el rubor
de tus labios nuevos,
hay tanto calor
en sus deseos viejos. 

Viejos besos tienes
en los que me diste,
pensando dar bienes
mis sueños rompiste. 

Glauco

miércoles, 21 de agosto de 2019

¡Qué triste es ayudar!

Andando por la ribera
vi un pedazo de madera
flotando cerca del río.
Temblaba como de frío,
parecía querer nadar,
mas sólo podía flotar.

Me le acerqué para hablar
y dijo desear el mar;
dijo también que quería
llegar pero no podía.
Le pregunté ¿por qué no?,
y de llanto se quebró.

—No me basta ser madero
para lograr lo que quiero—
me dijo con voz dolida.
Su esperanza destruida
hizo en mi ser un misterio
dejándome un tanto serio. 

—Dime lo que necesitas,
por lo que lloras y gritas—
pregunté conmocionado,
dejando todo de lado:
quería poder navegar
para llegar hasta el mar. 

—Yo no soy un carpintero—
díjele al pobre madero.
Sentí por él mucha pena,
pero pena de la buena,
pena de la que se aleja
y solo alegría nos deja. 

—Con pena no logro nada—
díjome muy enojada.
Me pidió sinceramente
que me convirtiera en puente
entre el trabajo y mi mano
para llevarle al océano.

Yo no sé tallar madera
y aunque tallarla supiera,
no habría tomado el trabajo
pues un madero no es barco,
ni una mano es el timón
del deseo de un corazón. 

Un deseo no es suficiente
para ayudar a la gente.
No debí haberme acercado
a ese madero mojado,
no debí hacerlo llorar
si no lo podía ayudar.

En ese río finalmente
se incrementó la corriente
y el madero se fue al mar.
Ahora en un nuevo lugar
nacerá un nuevo deseo,
pero yo ya no lo veo. 

Glauco

martes, 20 de agosto de 2019

Grillo, no cantes de noche

Grillo, no cantes de noche,
que no me dejas dormir.
No cantes cerca del porche
ni toques con tu violín. 

No toques Sobre las olas
ni el viejo Vals de la suite,
ve y duerme en las amapolas
junto a los campos de anís. 

Ya no marques el compás
de latido apresurado,
no quiero escucharlo más,
no quiero estar desvelado. 

No es que desprecie el sonido
de tu violín nocturnal,
sólo es que estando dormido
hay mucho que tomo a mal.

Tal vez hubiera querido
encontrarte en mi excursión,
mientras paseaba el camino
entonando una canción. 

Aclaro: no te veo muerto
ni veo el mundo sin tu luz,
sólo quisiera que el huerto
fuera quién carga esta cruz.

Persigo tu paradero
porque quiero estar tranquilo,
para lograrlo requiero
concentración y sigilo. 

Aunque busco no te encuentro,
no logro ver hasta cuándo
estarás en casa, adentro,
por los rincones cantando. 

Grillo, no cantes de noche,
que no me dejas dormir…

Glauco

sábado, 17 de agosto de 2019

Amores que dicen y no dicen nada

Como rayo solar
tu piel dorada
enciende la tempestad
de la gota de mi espalda.

El manto mortal
se desgarra,
con la gota matinal
que brilla hasta tu cara.

Y salto sobre ti
como un bandido
que asaltando sin herir
al fin termina herido. 

Herida labial
que me ha robado
esas ganas de cantar
dejándome callado. 

Vamos a jugar
a ser el sol,
a ser conjugado manantial,
a ser herida de amor. 

Me paro junto a ti
como un gendarme;
estaré por siempre aquí:
llegué para quedarme. 

Glauco

viernes, 16 de agosto de 2019

Kaiser

Fuiste mi perro guardián
durante muchas veladas;
alarma de lengüetadas
pidiendo desayunar
poco canino cereal.
Con tu carácter grosero
también eras el portero
pero estabas muy alerta
buscando la puerta abierta,
divertido Cancerbero.

Corrías por los pastizales
delineados en concreto,
escondías ahí un secreto
salido de los caudales
filtradores de tus sales. 
Decías aullidos amargos,
estruendosos y muy largos
cuando me veías partir,
pero al mirarme venir
te alegrabas como Argos. 

Mirabas como pensando
que todos somos muy crueles,
mas añorabas las mieles
que se ganan trabajando
y no ganabas ladrando.
Mirabas con emoción
con ternura y compasión,
como queriendo entender
el más grandioso placer
que también quiso Cipión.

Te paseabas por el patio
husmeando por las orillas,
husmeabas alcantarillas
también por un largo rato
buscando un tesoro grato. 
Jadeabas con añoranza,
cómo quien hace alabanza
antes de poder comer.
Todo lo querías saber
como el mítico Berganza.

Y así hay tanto que contar
de tus muchas aventuras.
Haríamos literatura
de hace que te hacer llorar
de la risa que te da,
también causaría tristeza
meternos en tu cabeza
y tratar de descubrir
cómo te hacía sentir
llamarte, en alemán, César.

Glauco