Presentación

Presentación

jueves, 28 de diciembre de 2017

Canción de amor #3





Cielos se vislumbraban en tu anhelo
cuando salían de la escuela,
con la alas al vuelo,
dejando tras de sí una sucia estela.
¡Ay, niños, juguetones que son!

Son los que, entonando una canción,
brincan desde las aceras
al río que es el andador.
Tú sólo mirabas lo que aún esperas.
¡Ay, mamá, qué difícil eres!

Eres entre todas las mujeres
un espíritu distinto
y aunque mucho nos quieres
nos das de castigo el ojo pinto.
¡Ay, te duele más a ti que a mí!

Mi amor me hace decir siempre que sí,
aunque no siempre al momento.
No te tengo que decir
lo mucho que lamento pase el tiempo.
¡Ay, mamá, sí que soy tu hijo!

Hijo que camino con regocijo
por los caramelos dados
con tu boca de amasijo,
forjadora de sueños bien plantados.
¡Ay, cuánto amor me destinaste!

Destinaste mi espalda a ser un lastre
de tus inseguridades,
tus manos son un desastre
al tratarse de moldear mis cualidades.
¡Ay, qué difícil ser amoroso!

Amoroso tu pecho que es un pozo
del cual pocos ven el fondo.
De tus ojos soy celoso,
pero para mirarte aún me escondo.
¡Ay, mamá, no sabes cuánto te amo!

Amo que a lo largo de este tramo
has venido a todas partes
consolando lo que clamo;
mi corazón y camino compartes.
¡Ay, por ti sé lo que son los cielos!




Talio

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Canción de amor #2





Ya has visto el sol salir.
Es amarillo, es blanco, es gris.
Es el calor de los hombres
y el castigo de los pobres.
Viaja mientras viajamos,
se apaga al apagarnos.

Lo ves bendito en el frió
y maldito en el estío.
Es el placer del ocioso;
del ocioso es el desprecio.
Se va el desgraciado sol
dejando una gracia mejor.

No sueña con calor el hombre helado.
No sueña con calor la mujer vieja.
Sueña el hombre ronco haber cantado.
Sueña la antigua mujer una pareja.

Ya has visto el sol brillar
en los espejos, en el mar.
En los ojos de los ciegos
y en los ojos nuevos
Dispara inmensos rayos,
acaricia en días aciagos.

Lo sientes por todos lados
pero no puedes tocarlo.
Es quien nos pone en trabajo;
la potencia del descanso.
Llega cuando cae la noche,
sellando el día con su broche.

No sueña con calor un niño hambriento.
No sueña con calor la chica hermosa.
Sueña el niño pobre un pollo muerto.
Sueña la novia una caricia rosa.

No has visto el sol realmente,
has visto lo que sientes.
Has visto lo que piensas
y piensas en las ausencias.
No viaja el sol contigo,
es tu deseo de abrigo.

No ves una salida
ni una estrella homicida.
Ves tu rostro en el suyo;
su rostro no es el tuyo.
Sin embargo simboliza
placeres, juegos y risas.

Sueña con amor el hombre joven;
sueña la niña una mejor vida;
no sueña con que el corazón le roben;
no sueña esa chiquilla una salida.

No has visto el sol verdadero
cuando miras hacia el cielo.
Cuando volteas hacia arriba
fluye al suelo la saliva.
No hiere la luz tu boca,
le hiere que el agua es poca.

En realidad no lo sientes,
sólo tocas lo que quieres.
Tu trabajo es voluntad;
no quieres mudar de edad.
Cuando cae la noche sueñas
un trajinar sin cadenas.

Sueña la anciana muchas tristezas;
sueña el vagabundo una cuchara;
no sueña juveniles proezas;
no sueña con el aseo de su cara.

Y así entre tantos calores,
y así entre tantos sueños,
se ven los alrededores,
se ven los paisajes buenos.
Significan ilusiones;
significan amores.



Talio

martes, 26 de diciembre de 2017

Canción de amor #1




Detrás de las uñas:
rasguños bastardos.
Detrás de los ojos:
imágenes falsas.
Detrás de los labios:
impías sonrisas.
Detrás de las piernas:
exhaustos los pasos.
Detrás de los besos:
pasiones resecas.

No es amor si no cala
en el fondo de la cama.
No es amor si no te deja
desahuciado y sin cabeza.
No es amor si no lloras
en el suelo a todas horas.
No es amor si no despierta
en ti el deseo de verla muerta.
No es amor si no adormece
el animal que te crece.

Detrás de los perros:
rabias y mordidas.
Detrás de las minas:
los mineros muertos.
Detrás de las gatas:
infames los gatos.
Detrás de los astros:
muertas las estrellas.
Detrás de las bellas:
los hombres más feos.

No es amor si no busca
que sea el bien quién conduzca.
No es amor si no suena
la declaración de condena.
No es amor si no figura
en el pecho una fisura.
No es amor si no insiste
en que el odio no existe.
No es amor si no atrapa
la tierra. El amor no escapa.


Talio




lunes, 25 de diciembre de 2017

Así es la vida...



La tierra se levanta con el canto,
el gallo se levanta con el brillo,
y el palpitar humano
refulge en su castillo,
refulge en las llanuras,
llevándose amarguras.

Las aves alzan las alas al vuelo,
en el mar los peces hacen la marea,
y andando por el suelo
va pasando una idea
tarareando una canción
venida del corazón.

Las plantas se mueven solas y crecen,
la lluvia espera y cae, cae y espera,
los labios enmudecen
al vaivén de la cadera
de una mujer u otra;
en el aire el deseo flota.

El ruido anda en un camino invisible,
se vuelve canto en la gracia del cosmos.
Existe en lo inaudible,
existe 'entro ‘e los pomos
ebrios y nutritivos,
existe en los hombres vivos.

El amor se esconde y luego se revela,
el amor se nos presenta y luego se va,
lo asimos aunque duela,
lo soltamos cuando está
brillante y sin dolores;
la vida es multicolores.

Una vida termina y otra empieza.
Una vida trae lo que otra deja.
Sentados a la mesa,
la misma, nueva y vieja,
comemos lo que nos dan
y volvemos a empezar.

La tierra se levanta nuevamente
y el hombre se levanta con ella:
un nuevo ser que siente
dentro de sí una estrella
perenne, también fugaz
trae la guerra y trae la paz.

La paz duerme en la risa de un infante
La guerra se levanta con los años.
La paz dura un instante,
la guerra en tanto hay puños,
y el mundo sólo mira,
y en su mirada espera.




Talio




miércoles, 20 de diciembre de 2017

... y me he hecho viejo




Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                          Como flores en invierno
                     caen hojas de mi cuaderno.
                         Son vanas y yo me alejo
                        de las letras y del tiempo.
                     Otro día y yo no soy nuevo.
 Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                            No puedo ser marinero:
                    el mar siempre está primero;
                      el mar se ha quedado seco,
                               por eso ya no navego.
                           Otro oficio, otro sendero.
  Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                             La casita en la que vivo
                         se me ha ido por el estribo.
                    No hay nada dentro del horno,
                       No me quiero quedar quieto.
                            Otra edad, otro momento.
  Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                        Ya muy poco es lo que veo
                         tras la ventana. Y yo creo
                            que vale más el antiguo
                        libro que cuenta mi cuento.
                             Otro aire, otro disturbio.
   Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                          Tuve una y mil aventuras
                           andando las calles duras.
                               Benditos aquellos días
                           con el amor de las chicas.
                              Otro ánimo, otras risas.
   Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
                            Jamás cambiaría mi vida
                             alegre y también sufrida.
                                Vida que estuvo vacía
                                 de dolor y de tristeza.
                                    Otra vida, vida mía.
   Se ha hecho noche y me he hecho viejo.
            Aunque antes fui un hombre sabio,
                      el tiempo hizo de mi instinto
                         la voz de mi pensamiento.
                              Y así miro desde lejos.
                             Otro hombre, otro viejo.





Talio





martes, 19 de diciembre de 2017

El foco






Es fácil mirar las partículas del polvo que vuelan
en el aire, sin saber los pasos, sin oír música.
Las emisiones nos descubren la pista lumínica:
una caricia de haces se mira en la tierra que baila.
Ojos que se cierran están viendo todos los colores.

Una pared, una cama, un buró, algunas flores,
deshacen el paisaje natural y lo llenan de luz
artificial y fastuosa, reveladora. Una cruz,
una silla, un libro, una lámpara, son mejores
para el hombre que no ve los cerros, ese hombre que es loco.

Ese hombre ve la luz caer desde lo alto. Un foco
ilumina su rostro y él no puede verificarlo.
No le queda a este hombre otro remedio que poder creerlo,
creer que ve su cara iluminada formándolo todo.
De todo lo que el foco deja ver ahí no está nuestro ser.



Talio




lunes, 18 de diciembre de 2017

El silencio

El silencio
se ha perdido
en un beso,
en la nada.

El silencio
se destaca,
se sincera,
ya no está más.

El silencio
soportamos,
desnudamos,
nos hablamos.

El silencio
llora poco,
llora mucho,
llora todo.

El silencio
no nos habla,
no nos mira,
no consuela.

El silencio
piensa a veces,
siente otras,
nos da vida.

El silencio
en la playa,
en el bosque,
en el cielo.

El silencio
nunca sopla,
nunca late,
nunca come.

El silencio
tiene hambre
y por eso
todo calla.

El silencio
en ausencia,
en desgracia,
en el llanto.

El silencio
de una vida,
de un momento,
es de siempre.

El silencio
nos fatiga,
nos destruye,
nos deshace.

El silencio
enmudece.
El silencio
...


Talio





miércoles, 13 de diciembre de 2017

La tristeza

La tristeza



La tormenta pasará
pero mientras pasa:
¡cómo ahoga!
Los rayos nos deslumbran,
los truenos asustan.
¡No sentimos!
El agua se ennegrece,
maquillada en el fango
¡todo inunda!
Las aves caen de un árbol;
sin hogar los sapos;
¡nadan, mueren!
Atrás de la ventana
un humano llora
la tormenta.

En el desierto sopla
el viento en la arena:
tiene boca.
Tiene boca y no besa,
así sería mejor
no tenerla.
No hay nada en el desierto
ni siquiera arena,
¡no la veo!
¿Las rodadoras ruedan?
No podré saberlo
y no quiero.
Muere todo en la nada
y en sí ella no vive:
¡el desierto!

La vida ya no vuelve,
se queda en la muerte.
Vive y muere.
Los sentimientos pasan,
la razón no alcanza.
¿Qué tenemos?
Lloro sin tener llanto
y hablo sin palabras;
veo sin ojos.
Cuando duermo no sueño,
camino despierto,
no respiro.
Espero por morirme
y dejarlo todo
y la vida.

La tristeza pasará,
igual la tormenta
y el desierto.
Pero mientras suceden
¡qué grande es el dolor!
¡Y no se va!
Los besos en la boca
son, en la memoria,
las lágrimas.
El saber no funciona,
la ignorancia menos.
Nada sirve.
Y así, después de todo,
de caer en la nada:
la tristeza.



Talio





martes, 12 de diciembre de 2017

Nada




Nada


Te fuiste, lluvia, y no dejaste nada,
ni tierra, ni niebla, ni humedad;
seca se ha quedado mi mirada,
y en la puerta se cerró la libertad.

No te fuiste con el cielo de agua,
ni en un pañuelo absorbente del llorar.
Te fuiste así, sin más, sin magia,
sin amor, sin odio, sin lugar.

No fue el sol con su potente rayo
quien alejó tu difuso vapor.
Fue el vapor con calor del mes de mayo
que, tirano, su sueño abandonó.

Tampoco se perdió entre la rivera,
esa línea que dibuja el mar,
tu vida de humedad fiel y sincera;
tu esperanza, tu sed de amar.

Aún no sé si te fuiste con la noche
cuando dejaste mi casa abandonada,
o desapareciste en el derroche
de mi pena con la que no hablo nada.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Al mirar... Yo respondo


Al mirar... Yo respondo


Al mirar tanto mis dedos me pregunto
qué busco en ellos cuando te acaricio,
¿serán acaso los destellos que me unto
en la memoria que con tu imagen envicio?
¿O serán las huellas de tu carne
que me hicieron, por siempre, tener hambre?

Al mirar mis labios en tu antiguo espejo
he buscado juventud en mis palabras
que se articulan pero no las dejo
escapar si antes no me hablas;
viven tus palabras y tus besos
en el reflejo de nuestros labios gruesos.

Al mirar mis piernas me pregunto
si el camino trazado por tus pasos
habrá de caminarme hacia otro mundo
dónde sólo alimentan tus abrazos.
¿Será que tu amor es grande y fuerte
como el desconocimiento de la suerte?

Al mirar mis regazo en tu cabeza
no sé si sentirme un hombre bestia
que apacigua antes de morir a su presa,
o sentirme el guardián de la dolencia;
del deseo que tus ojos me han lanzado
cuando aspiras mi corazón enamorado.

Las huellas de tu carne me han cubierto
de un aroma a bosque y a deseo,
me apresaron a vivir en el desierto
luminoso de sexo, de recreo,
me llenaron la boca de embeleso,
me ataron a tu cuerpo: soy un preso.

No hay palabra que no dicte al universo
tiritando en mi lengua entumecida.
Las palabras y caricias son un verso
de un poema que en la lengua me respira.
El discurso del amor es tu figura
que se pone al nivel de mi estatura.

Voy poniendo un pie detrás del otro
en el camino de tu cuerpo desterrado
a ese mundo donde no se ve tu rostro,
donde vivo, a tus pechos, abrazado.
Soy un seguidor de la fortuna,
de tu cama y de tu vientre que es mi cuna.

Preso del magnetismo de tu oído
se levanta el estro por mis venas;
se libera el preso en un gemido
de las pecadoras y sucias cadenas.
Yo te amo y tú también me amas,
me respiras en una y todas las camas.




Talio




sábado, 9 de diciembre de 2017

Mi rostro a través del espejo (Black Mirror)

La imagen del hombre está presente en todo lo que realiza. Toda obra deja una estela, un resquicio de su creador. Estamos en la obra, ahí permanece la imagen de lo que somos y queremos ser. Si cambia la obra es porque su creador también ha cambiado. Podemos juzgar al autor respecto de su hechura, y ésta, a su vez, habla por sí misma. Entonces, ¿qué dice de nosotros la tecnología? Mi persona, grabada en un puñado de códigos binarios, ¿tiene verdaderamente algo de mí? Presiento que al mismo tiempo que ganamos la transmisión de un mensaje por medio de un dispositivo, a la par perdemos la piedra angular de toda civilización: humanidad.
Me pasa que al ver cómo una persona manda un emoticón por medio de su celular, su rostro en realidad no refleja lo mismo. Tiene ojos pesados, se ve cansado, agotado, estresado, pero aún así manda uno sonriendo, junto con el del pulgar que dice "todo está bien". ¡Pero no está bien!, ¿no será que ocultamos con ello lo que verdaderamente sentimos? Es probable que ni siquiera halla un verdadero reflejo de nuestro ser dentro de esa pantalla. Es que de hecho aquella pantalla es negra en sí, vacía, obscura, y si no está encendida, es decir, si no tiene corriente eléctrica, no dice nada. 

En nosotros, en cambio, siempre habrá luz, vida, energía viva. Es verdad que algunas veces disminuye y en otras aumenta desmedidamente, puesto que nos alegramos y entristecemos constantemente. Pero la pérdida de nuestra luz, y de aquel vacío perenne lleno de obscuridad, sólo se logra en la muerte. Por eso prefiero que aquella pantalla no me represente a mí, que no sea yo el que se ahogue dentro de su vacío y, en el mejor de los casos, sea yo el que pueda compartir mi propia luz con los demás, con los que tengo a mi lado.


Aurelius

jueves, 7 de diciembre de 2017

Los nombradores

Los nombradores


En el nombre del padre hemos nombrado
a la creación que en el día nos aparece
sin sentir que cuando nombramos crece
toda la concepción de lo creado.
Nombre y dominio van unidos desde
que el hombre se convirtió en la peste.
El hombre nombra cueste lo que cueste,
por mandato divino, mandato agreste.

En el nombre del hijo dimos nombre
a la pasión de los cielos destructora,
inquietud y tormenta arrasadora,
para la férrea voluntad del hombre.
Es en el hijo que la pasión se admite
en el acto de dar nombre a lo que existe,
buscándolo en un alma que resiste
la razón de nombrar sin estar triste.

En el nombre del sagrado espíritu
nombramos lo que no se nos presenta
ante la vista ni con mirada atenta.
Sólo nombramos lo que has nombrado tú.
Ese soplo, que en los dichos se mira,
a un mundo con significado aspira
se escucha como los cantos de la lira
y a seguir dando nombre nos inspira.



Talio  

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Los mudos

Los mudos



Las voces que se callan no se callan en el tiempo
se callan en el espacio, se callan el pensamiento.
Calladas dan despedidas, dan abrazos silenciosos,
dan luz a quien las escucha, que las escuchan gustosos.

Vuelan entre la corriente de la tormenta y el ruido.
Atormentan el silencio con un lenguaje bruñido,
reflejo de aquellas furias eléctricas y serenas,
y se callan en presencia de las palabras amenas.

Fingiendo no saber nada asumen saberlo todo
sobre el mundo y sobre dios, de todos y un solo modo.
Callan cuando hablar debieran en los recintos llenos,
lamentando la simpleza en los oídos ajenos.

No es el tiempo lo que impera, sino el espacio y la tierra.
Las voces mudas nos hablan cuando la cabeza yerra
Van al amor caminando entre los campos de moras.
Esperan solos la luna y las desastrosas horas.

Viven entre la memoria de los funestos y briosos
hombres, que dejan de lado los detalles honrosos
de un discurso o varios más que alaban al despertar
en un consciente universo de misterioso jugar.

En la mirada se callan cuando se postra en los ojos
la tela que parpadea escondiendo los rastrojos
de una razón que de a poco se tapa y se desnuda.
Déjenme, voces calladas, convertirme en alma muda.



Talio

martes, 5 de diciembre de 2017

Bola de nieve

Bola de nieve


Nacistes por las calles de La Habana,
y al calor de los festivales criollos
aprendistes la bohemia y los embrollos
de una isla pregonera y antillana.

Bohemia y música afinarían tu oído.
Al calor de las calles y la vista
afinastes tu fuerte voz bromista.
Con un piano sencillo hicistes ruido.

En tu tierra conocistes la malicia,
la tristeza y su hermana la alegría.
El amor en tus cantos se escondía

pues no a todos los hombres acaricia.
¡Qué la ovación por el mundo se eleve
cuando cante al amor Bola de nieve!




Talio