Presentación

Presentación

lunes, 16 de abril de 2018

La salsa

Un baile estrepitoso inicia en la cadera,
baja por las rodillas hasta los pies calientes.
El ritmo se desnuda, se moja y pone afuera
una pasión canina de lobos indecentes.

Aullan en el baile, mientras el baile se abre,
desmenuzan la carne y destruyen el suelo.
No se siente el cansancio, mucho menos el hambre,
cuando el estro derrite cualquier cubo de hielo.

Los gélidos abrazos, al compás de los cuerpos,
indican a la orquesta más ritmos y más ruidos
que traigan desenfreno, que traigan a los muertos
desde su mausoleo, que traigan hombres vivos.

Una trompeta se oye antes que los timbales
y el bajo dando vueltas se esconde y marca el paso,
un coro de trombones canta voces geniales
y unas congas hambrientas suenan tras los zarpazos.

Las historias picantes le ponen la poesía
a este baile de negros, de pobres y de esclavos.
Entre compás y letras malgasta la alegría
de los hombres sensibles, de los obreros bravos.

Hay un tal Yomo Toro con sus cuerdas precisas
adornando los soplos de El Malo que se alza
tocándole al Cantante que canta como brisa.
El Diablo, Willie y Héctor, perpetuaron la salsa.


Talio





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