Los surcos del barbecho están abiertos
sangrando glauca sangre en la corteza
terrestre, hogar de la naturaleza,
los bosques, las selvas y los desiertos.
Los surcos son cabellos de los huertos
que adornan con su aliño de belleza
los sembradíos que llenan la cabeza
de álamos, nogales y de abetos.
Las caricias y rasguños hirientes
se unen en el azadón y el pico
que trabajan las semillas y los huecos.
Mi lengua se enamora de tus dientes
que dejan en mis labios un mordisco;
heridas y placeres son tus besos.
Glauco
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