Presentación

Presentación

miércoles, 26 de diciembre de 2018

La yunta de tus besos XXVI

(A mi tío, el más cercano de mis tíos,
que de pronto, un día, se fue de esta vida
para no volver)

Si hubiéramos sabido tus secretos,
hubiéramos sabido tus amores,
amores que algún día dejaste quietos.

¿Quién sabe qué mirabas en las flores?
Seguro lo sabía la bella dama
a la que un día entregaste tus calores.

Vaciaste tus floreros y tu cama,
vaciaste tus amores y tus besos;
tu soledad a todos nos reclama.

En polvo se conformaron tus huesos
y en llanto se conformó la tristeza.
Tus huesos y tu vida ahora son pesos

que me hacen odiar la naturaleza,
que me hacen darme cuenta del vacío
dejado en mi alma que ahora menos pesa.

Al recordar tu nombre siento frío
y un gran desprecio por lo repentino
que pone en el camino algún desvío.

Muy de mañana te alcanzó el destino
dejando que se ahogaran en el llanto
tu hermano, tu cuñada y tu sobrino.

Se irrigan ya las venas de quebranto.
Caricias de consuelo es lo que quiero
para poder seguir queriendo tanto.

Marchaste a donde el otro carpintero
tiende los brazos para el que los quiera.
Vives con el amor puro y sincero
clavado a la memoria de madera.

Glauco

No hay comentarios:

Publicar un comentario