Presentación

Presentación

miércoles, 24 de julio de 2019

Cuando la miseria es grande hasta los niños lo saben

Saben que en ese vacío
donde antes hubo una flor,
se marchitó por el frío
que arrancó todo el calor.

Saben que en ese desierto,
entre dunas y veredas,
tiene la muerte su puerto
de marchitas alamedas. 

Saben que en esa marea
se detendrá el movimiento,
ya no habrá botes de vela,
ni espejo del firmamento. 

Saben que azota la guerra
a todos en este mundo,
que se tapiza la tierra
del dolor de moribundos.

Saben que no hay ningún pan
que quite el hambre a los niños,
tienen hambre de jugar,
también hambre de cariño. 

Saben que brota la sangre
a cada provocación;
siempre que la herida se abre
se desangra el corazón. 

Saben que sobre ese lecho,
entrada la madrugada,
quedará algún día deshecho
el amor de alguna amada. 

Saben que sobre la acera,
al amanecer entrado,
se perderá por doquiera
el ser de un enamorado. 

Saben que mamá se muere
y también lo hace papá,
y lo mucho que nos quieren
junto con ellos se va. 

Saben que en ese dinero
hay sangre de muchos hombres,
sangre de los pordioseros,
también sangre de los pobres. 

Saben que entre las palabras
se nos perdió la justicia;
la retórica macabra
la idea de Bien desperdicia.

Saben que mueren los osos,
los leones y los tigres;
saben que somos odiosos
y nunca seremos libres. 

Saben que habrá tanto ruido
para que ya no haya llanto.
Sin el llanto en el oído
de qué servirá el quebranto. 

Saben que ni Jesucristo
podrá darles salvación,
pues nunca jamás lo han visto
al derramarse el dolor. 

Saben y no hacen alarde
tan sólo juegan cual aves.
Cuando la miseria es grande
hasta los niños lo saben. 

Glauco

No hay comentarios:

Publicar un comentario