Presentación

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lunes, 1 de julio de 2019

Vuelta a nacer

Ayer nació de nuevo el sol
cuando te vi, cuando te vi.
Cuando te vi salió un destello,
¿salió de ti, salió de mí?
Salió de mí la inmensa gana
de mirarte aunque me ciegues,
de ver brillar tu cuerpo y ver
que tras tu piel brilla tu ser.
¡Qué bonito cuando nace el sol:
nace mi ser, nace mi amor!

Cuando nació el sol di un paseo
y por las calles olía a fresas,
no sé si habrá sido el recuerdo
de cuando vienes y me besas.
Fresas por aquí y por allá,
fresas en la calle y en tu cuello.
Y en el brillo ciego muerdo
la calle para poder llegar
a tu boca, a tu fresa, a tu gozar.
Besos de fresa y destello.

Ayer que te miré perdí los pies,
nació un nuevo camino mío…
Camino sin pasos y al revés,
entre más me alejo, más me río,
es que soy feliz porque me ves.
Tú me ves y ya no siento frío.
El camino nuevo es delicioso
pues no va a ningún lado
ni hace falta, en él hay todo.
Ese camino me tiene enamorado.

Cuando camino a tu lado
ya no me importa el destino,
ya va de mi mano, va conmigo,
va como costilla en mi costado
y me ama y me cuida. Me augura
un paso muy bien caminado,
una vida preciosa y pura,
un sueño eterno, amor soñado.
Todo lo nuevo perdura.
Todo lo nuevo es a tu lado.

Gracias mil por haber nacido.
Nació de nuevo el invierno.
Nació de nuevo el estío.
Todo nació y se hizo eterno.
Eterno el amor y el brillo
de la llama de tu fuego.
Viaja, sabe, vive el camino,
este corazón de fresas.
Quiere nacer donde has nacido
y morir cuando tú mueras.

Nació el cielo, nació el mar.
Nació el hijo de la vida.
Nació el deseo de llorar
por la vida merecida.
Nacieron las ganas de amar
a todo lo que existía,
ahora es nuevo, renacido,
llena de fulgor la vista.
Nunca jamás he vivido
tan feliz como este día.

Glauco

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