Llorando en una esquina,
entre oscuridad y ratas,
perfume de basura
y una noche macabra.
Nadie iba ni venía,
nadie siquiera miraba…
sólo una sombra en la calle,
una sombra en la memoria,
y el niño nunca existió.
Es miedo a la oscuridad,
miedo a no sentir las manos
de una mujer cariñosa
que dé consuelo y cariño.
Todos se fueron un día
y nunca jamás volvieron.
No sólo perdió el camino,
perdió todo por completo,
dejado niño perdido.
El niño no fue encontrado,
volvió entre sombras y ratas.
Las ratas se lo comieron
y las sombras lo enterraron.
Vive una noche macabra;
de noche en la eternidad.
Cree que nadie lo querrá
porque nadie lo miraba.
El niño perdido está.
¿Quién encontrará a este niño?
¿Quién volteará la mirada
entre la sombra y las ratas?
¿Quién se extraviará con él
para ir a encontrarlo vivo?
El niño sigue perdido
en la esquina de algún barrio
y allí se encuentra sentado
por el amor esperando.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario