Levanto la vista y rezo

Levanto la vista y rezo,

al dios creador del sexo ruego

que me diga justo en medio

de un sueño de misterio

lo que enciende tu fuego. 

En el centro de mis manos,

como en las manos de los santos,

pongo pequeños espasmos

amorosos y excitados,

entre gemidos y llantos. 

Pido a Dios que me revele

lo que tu cuerpo siente

cuando te sueño y tú duermes,

le pido que le dé muerte

a tanta noche caliente. 

Una oración para encontrarte,

para saber de ti y amarme.

Le hago una oración al Padre

para que avive lo que arde,

para curarte y sanarme. 

Quisiera orarte a tí y no a Dios,

quisiera no hacer una oración,

no sentir sino hacer el amor,

saber de ese ritual entre los dos,

ritual vivo en la imaginación. 

Suplico que el de a lado muera,

o al menos que se quede fuera,

que se lo trague la tierra

o al menos que te tema

para que así no lo quieras;

que seas para mi cariño

aunque yo sea el asesino.

Sé que mi amor es dañino,

también es sensual y lindo,

es un regalo divino. 

Se muy bien que no te tengo,

que de mi pasión soy preso.

En todo tiempo te pienso,

te pienso por tanto tiempo. 

Levanto la vista y rezo. 

Glauco