No habrá justicia

Cuando se acabe el amor en los trigales,

cuando se acabe el amor en la campiña,

cuando se acabe la lluvia en los maizales,

cuando se acabe la vid por la rapiña,

dirán adiós los que no quieren marcharse,

se quedarán solitarios los dolidos,

la lluvia traerá el dolor de marchitarse,

el vino que quedará estará podrido. 

Cuando los perros arranquen girasoles,

cuando las nubes desangren sus adentros,

cuando el calor del infierno mute en soles,

cuando los campos sean negros y violentos,

la tierra se teñirá de hambre y ladridos,

las ropas se mojarán de llanto y pena,

las flores se quemarán como perdidos,

los campos arrancarán la gente buena. 

Cuando los casados lloren por la ausencia,

cuando los enamorados se destruyan,

cuando el amor nos arranque su presencia,

cuando las bondades de este mundo huyan,

justicia no habrá para el abandonado,

tampoco tendrá el amor alguna cura,

el Eros será un cadáver enterrado,

y toda bondad será cualquier locura. 

Cuando todo lo que existe ya no exista,

cuando el amor que te tengo no lo tenga,

cuando el amor que me tienes no resista,

cuando todo lo que viene ya no venga,

será la voz del recuerdo un alarido

y todo el amor tenido será nada.

Ya nada del porvenir tendrá sentido

y toda la vanidad será olvidada. 

Por mientras tenemos trigos y caricias,

tenemos flores y perros, sol y vino,

vivimos sopena de la injusticias,

haciendo entre los infiernos un camino.

Así que sigamos vivos y llorando,

que pasado nuestro llanto está la risa.

Sigamos sin preocuparnos por el cuándo

la nada nos lanzará por la cornisa. 

Tendremos tiempo para las ilusiones,

tendremos tiempo para regar la tierra,

tendremos tiempo para las agresiones,

tendremos tiempo para parar la guerra,

tendremos amor y muerte en nuestras manos,

tendremos el mal y el bien en nuestro tiempo.

Seremos mientras seamos seres humanos,

seremos la eternidad de los momentos. 

Y aunque se acabe el amor en los trigales,

aunque se acabe el amor en la campiña,

aunque se acabe la lluvia en los maizales,

aunque se acabe la vid por la rapiña,

tendremos amor mediocre por el trigo,

tendremos amor difuso por el campo,

tendremos bajo la lluvia un buen amigo,

tendremos algo de vino con un canto. 

Glauco