Presentación

Presentación

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Conversando con la noche

 
Yendo por las soledades
escuché que alguien me hablaba.
Era un ser de oscuridades:
la noche que se acercaba. 

Al hablarme apreté el paso
porque no quería escuchar
la voz del fin del ocaso
que empezaba a musitar. 

—No corras, yo vengo diario
y no hay nada que temer.
Formo parte del horario
que llaman anochecer. 

—Sí corro, ¡cómo que no! 
Cuando vienes se levanta
la maldad del corazón
y a todo mundo le espanta.

—Yo no soy esa maldad,
sólo soy parte del día.
Cierto, traigo oscuridad,
mas no oscuridad impía. 

—Gracias a ti me han herido,
me han roto y avergonzado.
¡No sabes lo que he sufrido
porque tú siempre has llegado!

—¡Perdóname! ¡Yo no quise
que por mi sola presencia
en tu mente se deslice
el terror y la insolencia!

—¡No quisiste lastimarme,
pero incluso así lo hiciste!
Te encargaste de asustarme
y dejar mi vida triste. 

—No soy fuente de lo oscuro.
Soy promesa de la aurora,
de ensueño y nuevo futuro,
fuente purificadora. 
                               
                                Soy del amor la testigo,
y amiga de las estrellas.
Soy paz para el enemigo;
dulzura para doncellas. 

Soy el descanso del niño.
Soy pasión en lo escondido,
permiso del desaliño.
En mí duermen los perdidos. 

Antes de arrojar tu espada
deberías tomar en cuenta
que en mi existencia no hay nada
que me presente violenta.

Está en la naturaleza
de los que son como tú.
Pero te hago la promesa
de que volverá la luz. 

–Noche no sé qué decirte.
Pero me agrada saber
que jamás quisiste herirme,
que tenías que suceder. 

                                       No eres tú a quien tengo miedo,
es al inefable mal.
Lástima que ahora no puedo
temer para platicar. 

Glauco

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