Vivo en un sueño de arenas y dátiles,
árido sueño de nuevos sabores
donde curiosamente crecen flores
destinadas a la nada y frágiles.
Se posan en mis pasos mariposas
grises, difuminadas y difusas,
llevándome de aquí a las tundras rusas
donde arenas y dátiles son rosas.
Se duermen en las noches las estrellas
y se despiertan todos los pecados.
Hay quien confunde los sueños con hados.
Hay quien distingue caminos de huellas.
Acá donde vivo no hay ni un muerto
que me persiga cuando me despierto.
Glauco
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