Acá, cuando tú duermes, todo tiene sentido:
la paz y los cansancios, la cuita y la alegría.
En la quietud del sueño al mundo hemos vencido,
aunque sea por un rato, por un mínimo día.
Tú duermes y respiras como brisa en el trigo,
se escucha que acaricias el rostro de la paz.
Con todo y el cansancio, aquí estás tú conmigo…
Te miro a mi ladito y busco nada más:
las pistas del origen, las huellas del futuro,
el canto marinero, el átono indomíto,
el mal de los candados, el cofre y el seguro.
Busco todo lo tuyo: lo antiguo y lo infinito.
Virutas del misterio, del cero, del volado…
le dan a mis pestañas los muchos fotogramas
de todo lo que hace un hombre enamorado.
Tú sabes que te amo y sé que tú me amas.
Glauco
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