resultan ser la base del invento
que une las luces del descubrimiento
en un éter de amor, razón y opio.
Los ojos, del invento, espectadores
reviven en mil pompas de jabón
surgidas del aliento y la creación
les da a saber que existen mil colores.
¿Acaso me descubro o me construyo?
¿Soy una relación de mil maneras?
¿Me formo entre los planos y las eras?
¿Soy pueblo o, en sí, soy algo que intuyo?
No sé, no lo sabré, no lo he sabido,
sí he sido descubierto o construido.
Glauco
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