He sentido venir contra mis ojos
un abismo cerrado entre jazmines.
Sin saberlo me arrojo a los confines
enmarcados entre tus labios rojos.
En tus besos se encuentran los cerrojos,
el misterio, la bala, los jardines;
en tus besos jalean los serafines
a estos labios henchidos de despojos.
Me abrazo a las rojizas hendiduras
abstractas en la cueva de tu boca;
la cueva a tus misterios me provoca
(misterios de las métricas futuras).
Es un sexto sentido el que en mis huesos
reposa, vibra y llora con tus besos.
Glauco
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