Ahí en la multitud hallé mi espejo
la vez que le miré sin filtro alguno.
Me fue posible ver que en el ninguno
se hallaba algo perdido del reflejo.
Ahí en la multitud escuché voces
que otrora en mis oídos susurraron.
Me fue posible oír que otros hablaron
de sí, de mí (conozco y reconoces).
Te he visto que te buscas y me miras:
tus ojos son mis ojos y tus labios
igualmente son míos. Los hombres sabios
hallaron sus canciones en las liras
de muchos otros hombres. Son lo mismo
las voces, los reflejos y el abismo.
Glauco
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