un beso entumecido que, dormido,
se me escapó y ahora está perdido
en un tiempo con forma de cascada.
El beso, sin saber, se halló escondido
en una construcción damnificada
y penetró una roca fragmentada
donde pudo, por fin, ser construido.
La boca desprovista de memoria
no dijo nada más que hubo en sí misma
un beso que a la vista hizo de prisma.
Dormidos los recuerdos, sin la euforia,
dejaron a la boca en el olvido
y al susurrante beso entumecido.
Glauco
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