las proyecciones de lo cotidiano,
todo eso que a mi pecho le es cercano:
cabellos, palmas, senda caminada.
Me gusta repetir el mismo día,
pensar, decir, hacer, vivir lo mismo.
En esa ensoñación hallo el realismo
que de las novedades me vacía.
Al hoy, a lo de siempre, confinado,
la pena hace las veces de quién soy.
No hay antes. No hay mañana. Sólo hay hoy.
Del mundo pocas cosas he mirado.
Las miro en el engaño, en el invento,
que me hago y me hace falta y que lo siento.
Glauco
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