Abro y cierro

Abro y cierro

Abrí el grifo y tiré el agua;

no olvidé cerrar el gas,

lo dejé ir como a la llama

muerta desde que no estás;

desprecié mi vida hermosa

buscando tu libertad.

Regué el césped con veneno

de engaño fingiendo amar:

diablo potente y sereno,

sembrador de lo ilegal;

siega el amor aprendido

en la cama y el agal.

Desconocí de mis pasos la

sombra que moldeaste tú

con manos y labios de sal

y tierra, soplo de luz;

soplo que desde ya

hace de mí un deja vú.

Soñé contigo esta noche.

Todas las noches soñé

con tus deseos de derroche,

con tu alma que se me fue;

sueño contigo despierto,

sueño con tu amor que amé.

Dejas el agua corriendo

por mis ojos y mi ser.

El fuego apaga tu ausencia,

tu ausencia apaga el placer;

si has hecho que sienta nada,

haz que deje de doler.

Te corrí y yo no quería

que te fueras de verdad;

si vieras que todavía

tengo fe en que volverás;

aún espero la alegría

de amarte cada día más.

Quisiera de vez en cuando

ser otro: algún animal,

algún arma o un soldado,

algo que no sienta mas;

ven conmigo derrochando

luz de luna, olor del mar.

Soles en los soledosos,

lunas en lunáticos,

mares para los mareados,

fama a los fanáticos;

duelo a muerte a los dolidos,

amor del andrógino.

Cierro a veces la cortina

y otras cierro la puerta.

Al ganarme la tontina,

gané una vida muerta;

cierro y abro y abro y cierro,

y muero porque no muero.



Talio