Nacistes por las calles de La Habana,
y al calor de los festivales criollos
aprendistes la bohemia y los embrollos
de una isla pregonera y antillana.
Bohemia y música afinarían tu oído.
Al calor de las calles y la vista
afinastes tu fuerte voz bromista.
Con un piano sencillo hicistes ruido.
En tu tierra conocistes la malicia,
la tristeza y su hermana la alegría.
El amor en tus cantos se escondía
pues no a todos los hombres acaricia.
¡Qué la ovación por el mundo se eleve
cuando cante al amor Bola de nieve!
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