Presentación

Presentación

miércoles, 16 de mayo de 2018

Madrigal cazador

Siento cosquillas en el cuerpo
y no es un movimiento eléctrico
ni un movimiento muy nuevo
el que me convierte en colérico.
Eso que yo estoy sintiendo
no sé qué es pero lo estoy viendo.

Más que buscarte yo busco
la manera de mirarte tanto,
tanto que se vuelva mucho
y al ser mucho no se sepa cuánto;
no te busco a ti pues antes
te he encontrado entre los caminantes.

Quiero tener buen aroma
para que respires en conjunto
cada acorde, cada nota:
aroma de Dios y el hombre juntos.
Quiero ofrecerte mis manos,
qué al chocar sudan perfume humano.

Tu cabello: la tormenta
de rayos negros y lluvia helada
me evapora, me calienta,
me seca, me inspira, me descarga.
Tus labios se han convertido
en refugio de mi ser de niño.

He perdido la mirada;
no me atrevo siquiera a mirarte,
no me atrevo pues no hay nada
que con mirarte pueda decirte.
Temo que me veas impuro,
que me mires y me encuentres duro.

Prefiero creerte diáfana,
tal como la Diana Cazadora,
que con arco y flecha ufanas
anda desnuda y encantadora
llevándose animales
para cuidarles de los pesares.

Miro y miro tu camino
oscuro, misterioso, intacto,
estrecho, delgado, fino
y sé que no puedo caminarlo.
Iría gustoso a tu lado
aunque con otro vayas andando.

Soñaré con serte digno,
soñaré con seguirte mirando,
seguiré viendo tu signo,
seguiré, al mirarte, soñando.
Aunque te miro y te pienso,
me niego a mí mismo lo que siento.



Talio




No hay comentarios:

Publicar un comentario