Presentación

Presentación

miércoles, 27 de marzo de 2019

No te había perdido

Señor, ¿en qué momento tu vista me ha perdido?
¿Fue cuando en el dominio de todo lo que existe
quise hacer de mi vista el mundo conocido?
¿O fue cuando abrazado a la razón, te fuiste?

Yo creo seguirte viendo en cada movimiento
de mis labios que miran las letras que has escrito.
Interpreto las letras, y aún así no te encuentro,
pues sólo mis caprichos en mi mente repito.

Recorro los caminos y en ellos nada veo,
nada que me revele tú diáfana presencia,
que entre nubes y fuego mostraste al pueblo hebreo.
Yo sólo veo el dibujo del árbol de la ciencia.

Quizás te hube perdido al asumir que entiendo
lo que es ser amoroso tal como lo fue Cristo.
Por imitar su nombre me he venido muriendo,
debí imitar sus actos de entero sacrificio.

Señor, ¿en qué momento habré de ver tu rostro?
¿Será cuando comprenda que la verdad no vale
si no acuña alegría en la vida del otro?
¿O será cuando entienda que la maldad no cabe?

Señor, tú no te fuiste y nunca te he perdido,
sólo perdí la pista de todo lo que hiciste.
Admito, padre mío, que estaba confundido.
Haciéndote mi esclavo, la vida tú me diste.

Glauco

No hay comentarios:

Publicar un comentario