Dime qué voy a hacer con tu silencio
pacífico que no me trae tormentas,
ni corrientes lunáticas y lentas,
no me trae, marinero, hacia el comienzo
de una dura y difícil travesía
revestida de miles de aventuras.
Me trae sólo a las áridas llanuras
de unas piezas de música vacías.
Pasan pronto la música y la mar,
se deshacen ante tus muchos mimos
que yo como de tus tiernos racimos.
Es difícil saber lo que es amar,
pues a veces requiere de un navío
y otras tantas de un silencio vacío.
Glauco
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