Presentación

Presentación

viernes, 11 de septiembre de 2020

El viento nos extraña

 

Hay un viento que va y viene

de lo alto de la montaña.

Se va siendo lo que tiene

y vuelve hecho una maraña

de hojas, silencios y lodo.

Viene y va tocando todo,

toca la cima y el llano,

el invierno y el verano. 


Va pasando entre las ramas

y acariciando las hojas,

hace cariño a las gramas

y del rocío las despoja. 

Pasa sin tener descanso.

Pasa y arrulla al remanso.

Rozando el cause del río

fluye en un escalofrío. 


Se va y llega hasta la arena,

va y baila con la palmera.

Raya en la espina de Helena

y enreda su cabellera. 

Del cabello va al respiro

y del respiro al suspiro

que escapa de vuelta al cielo

torturado por el hielo. 


La tortura le atormenta

y en tormenta se convierte;

desdén que la ira acrecenta

tal como crece la muerte. 

Cuando la ira se destruye,

el viento se marcha y huye

hasta donde acaba el mar,

volviendo así a resoplar. 


Se hace amigo del silbato,

de la flauta y la trompeta,

se hace amigo del ingrato

piso que cruje y se agrieta. 

Se mete y llega hasta el fondo

de un canto que llega hondo

y sale como si nada

en una nota cantada. 


En lucha con las cortinas

y su escudo de ventanas,

se esfuerza y arremolina

llegando hasta las campanas. 

En su lucha su destino

lo conduce hasta el molino

donde pelea un caballero

tal cual viento pendenciero. 


La genética del sabio

viaja a través de su vuelo,

viaja y viene hasta los labios

de nuestros hijos y abuelos.

Viento que se vuelve boca,

boca que se vuelve loca

porque funge como nicho

de todo lo que se ha dicho. 


Se dice tanto de todo,

del invierno y el verano,

de la pureza y el lodo,

sobre la cima y el llano.

Se dice lo que se tiene

en el viento que va y viene

de lo alto de la montaña

porque al irse nos extraña. 



Glauco

No hay comentarios:

Publicar un comentario