Presentación

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viernes, 2 de octubre de 2020

Mi última palabra


Si mis últimas palabras

no llegaran a salir

¿adónde viajaría mi alma,

adónde se iría de mí? 


¿Andarían entre las cartas

de amor que antes escribí

o atadas entre las palmas

que alguna vez recibí? 


¿Descansarían en la cama

viendo la hora de morir? 

¿Irían por toda la sala

donde solíamos reír? 


¿Alguien sabrá lo que hablaba?

¿Alguien sabrá mi sentir? 

¿Mi palabra será llama

del fuego de otro decir? 


¿Encontrarán mis habladas

para poder convivir

en el aire otras palabras

que antes se fueron de aquí? 


¿El amor seguirá siendo

lo mismo que yo sentí

o terminará muriendo

en un sentimiento añil? 


¿La pena, el odio y la ira

ya no tendrán más razón

para aferrarse a la vida

al haber sido oración? 


¿Repetiría mi mamá

lo poco que yo le dije?

¿Sería bueno no callar

porque la muerte no elije? 


¿Mis hermanos hablarían

de mi último discurso

como se habla de los días

que solos siguen su curso? 


¿Acaso sería mi padre

testigo de mi palabra

o se volvería la llave

de la puerta hacia la nada? 


¿Qué sería de las agudas,

las esdrújulas y graves

sin el acento que anuncia

la música que les yace? 


¿Se quedará solo el libro

sin nadie que lo pronuncie,

que lo haga sentir vivo

aunque a su ser renuncie? 


¿Cómo se escuchará el llanto

sin una voz que lo corte,

será llanto sin abrazo,

será doliente sin nombre? 


¿Y sabrán los que se callan

que ha nacido otro silencio,

que ese silencio se graba

en la nación de lo eterno? 


¿No verán los olvidados

un escrito en prosa o verso,

verán guerra en todos lados

del ruido del universo? 


¿Cómo serán las grafías

que representan fonemas,

serán figuras vacías

en ignominia serena? 


¿Los quejidos callarán

y nada tendrá sentido?

¿No vale la pena hablar

si el callado no está vivo? 


¿Qué repetirán los ecos

en las lejanas montañas

si el sonido es sólo un hueco

que sin repetir se calla? 


¿Los gritos de amor que dije

se perderán en mi boca

y nadie sabrá que quise

probar de una boca roja? 


¿Habré muerto ya hace tanto,

desde que ya no me escuchas?

¿Mis palabras son un llano

por el que ya nunca cruzas? 


¿O acaso tú me mataste

al dejarme sin respuesta?

¿Tu voz vistió de otro sastre,

de otras artes y otras ciencias? 


¿Se quedarán tantos cuentos

contados por la mitad

porque sin comas ni acentos

nada se puede contar? 


¿Ya no contarán los besos

de amor que nos platicamos?

¿Se quedarán feos y viejos

los labios con los que hablamos? 


¿O sólo serán los míos

quienes mueran, quienes callen?

¿Tus labios seguirán vivos

teniendo alguien que les hable? 


¿Quién se dormirá en el aire

esperando mis cantares

si no hay nada en este valle

que aguante el soplo de nadie? 


¿Habrá alguien que me salude

aunque ya no le responda?

¿Se transformarán las nubes

en seres que no se nombran? 


¿Se quedarán sin consuelo

los amigos que quedaron

después de tantos desvelos

y de tantos despilfarros? 


¿Se vaciarán los cajones

de mi escritorio doliente,

sabiendo que mis pregones

ya no irán donde la gente? 


¿Y sin voz seré lo mismo

que era previo a los sonidos

o quedaré en el abismo 

del caos que era en el principio? 


¿Sin nada más que decir

se es una silente alma? 

Mientras me dure el vivir

todo es mi última palabra. 


Glauco

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