Presentación

Presentación

martes, 29 de diciembre de 2020

En estos días

 

En nuestros días todas las cosas

están vacías y son valiosas. 

Valen los dichos, las opiniones,

valen lo mismo que unos tacones. 

Valen las llantas y los motores

aunque deshagan campos de flores. 

Y valen los burros, valen los caballos,

valen los puros y los vasallos. 


En nuestros tiempos todo es confuso.

Cuidar el cuerpo es un abuso. 

Son las mujeres las guerrilleras

y cuando pierden se vuelven fieras. 

Los hombres toman las decisiones

sólo de boca, son hocicones. 

Y quien aprende jamás enseña

pues lo que sabe también desdeña. 


En estos años todo ha cambiado.

Haciendo daño se da cuidado. 

Tantos ladrones todos los días

marchan en trajes de policía. 

Llegan los héroes a los restaurantes,

dicen que son narcotraficantes.

Y la miseria se vuelve orgullo

porque todos toman lo que no es suyo. 


En estos meses no es tan sencillo

ponerle jamón en medio a un bolillo. 

No puede verse con mucho gusto

a una mujer sin que sienta susto. 

Decir aquello que se está pensando

y ni siquiera elegir un bando. 

Hacer que todos seamos iguales

es el más grande de nuestros males. 


En estas fechas nada se puede,

las libertades todo lo exceden. 

Se dice mucho. Se dice poco. 

Contradecirnos nos vuelve locos. 

Pensar la vida con novedad

es más deseado que la verdad.

No importa el antes sino el después,

por eso el mundo está al revés. 


En estos ratos de nuevo mundo

el pensamiento ya no es profundo.

Queremos todo a nuestro gusto,

al mundo, al hombre y hasta al arbusto. 

Los presidentes son tan idiotas

como sus múltiples compatriotas.

Todos se quejan. Todos lamentan. 

Con sus berrinches se encontentan.


En estos versos de ocio nocturno

mi estupidez espera su turno.

Digo reacciones. Digo idioteces.

Juzgo al planeta como otros jueces. 

Le tengo miedo a la vanidad,

pero por ella hablo con verdad.

Y soy idiota como el presidente,

como los que saben, como tanta gente. 


En este fin cargado de sueño,

se va haciendo menos mi desempeño.

Ya no es coherente lo que se escribe,

lo que se sueña, lo que se vive. 

Hasta parece que es epidemia

ser un zopenco de mente enferma.

En este tiempo se sigue viendo

que todos parecen estar durmiendo. 


Glauco

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