Presentación

Presentación

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Nada veo

 
Cuando no miro nada es cuando más deseo
tener la vista lista y poder ver el mundo;
mirada de ansiedad, de pobre vagabundo;
mirada de deseo cuando yo nada veo.

Se esconden de mis ojos las ramas y las copas
del árbol milenario que adorna la pintura
que Dios puso en el mundo y puso en tu figura
que también se me oculta debajo de tus ropas. 

También se oculta el fuego del sol hecho destello
y la alba nube inmensa en el grisáceo cielo;
por ver algo mis ojos se desviven en celo,
en celo de hacer algo con este mundo bello. 

Y miro a todos lados con expresión de atento
aunque nada reflejen mis corneas inservibles.
Me duele no ver nada, que el mundo sea invisible;
no poder ver que el mundo cambia a cada momento. 

Mis ojos ciegos lloran las lágrimas de arena
nacidas del desierto de no poder ver nada.
Y como no veo nada no tengo la mirada
henchida de ternura ni tampoco de pena. 

Neblina viva y muerta, neblina blanquecina,
a mis ojos castiga, a mis ojos condena
a volverse uno mismo, una ceguera plena
pues nada pueden ver ojos que son neblina.

Como niño pequeño que al juguetear suspira
así mi pensamiento hecho imaginación
suspira porque nunca podrá ver la razón
de todo lo que existe porque nunca mira. 

Cuando no miro nada es cuando más deseo
ser Argos, ser Tiresias o incluso Prometeo,
ver en lo más profundo el más salvaje haleo
de dioses y de hombres. Pero yo nada veo. 

Glauco

No hay comentarios:

Publicar un comentario