Pobres
de los dioses, ¿cómo se enardecen
por
querer ser hombres, hombres, que perecen?
Ellos
no conocen de vida y de muerte,
mueren
cada día, mas nunca fenecen,
en
la vida humana ellos se enardecen.
Pobre de Afrodita, maldijo a Narciso
porque
con su rostro humano-divino
le
dio una estocada porque no la quiso.
Y
ella despreciada le dio por castigo
darle
nacimiento a la flor narciso.
Pobre de Calipso, mirando a Odiseo
perdió
la cabeza por lo mortal bello.
Hizo
de su lecho un inmortal puerto,
pero
no contaba con lo verdadero
del
amor humano y sabio de Odiseo.
Glauco
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