Presentación

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jueves, 3 de noviembre de 2022

Me es preciso querer la vida mía

 
No es la vida la escuela que quería,
ni es maestro el fatídico dolor.
Yo creí que el maestro era el amor
y que era la escuela la alegría. 

Sin embargo, el amor es un maestro
que no enseña de modo que se aprenda
del amor. Al contrario, hace que encienda
del dolor y la vida el fuego nuestro. 

Además, la alegría nunca es escuela
porque sola, en sí misma, nada da,
pues así como llega se nos va. 

Es preciso aprender, aunque me duela,
a pesar de que el duelo no quería. 
Me es preciso querer la vida mía. 

Glauco

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