Si con lo que yo viera lloviera mi mirada
y con tenerte encima en cima me volviera,
la lluvia sería vidrio e imagen congelada
y la cima sería la base de una era.
El nuevo testamento no encuentra competencia
donde el antiguo dicta la ley y los preceptos.
Las leyes naturales le dan vida a la ciencia,
las leyes de los hombres dibujan los conceptos.
No existe una persona que de la fe reniegue,
reniegan de los hombres y de sus malestares.
La fe del renegado se esconde bajo un pliegue
de pensamiento vago que hace sus valladares.
De Job, Moisés y Elías, la lengua se ha olvidado,
sólo reconocemos lo que nos han contado.
De Pedro, Pablo y Cristo, las lenguas se han llenado,
sólo nos queda hacernos de un lado al otro lado.
Si con lo que yo viera lloviera mi vacío
y con tenerte encima en cima no me viera,
sería un espejo humilde gritándole al Dios mío
que no me deje solo cuando por fin me muera.
Glauco
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