En las heridas de un cuerpo maltrecho
está escondida una vida olvidada.
¿Qué desahuciada maldad habré hecho
para encontrarme perdido en la nada?
Prendo un cerillo y no miro la luz,
soy más consciente, nomás, de lo oscuro.
¿Habré bajado a Jesús de su cruz
para engañarme con un buen futuro?
En el reflejo de un piso de mármol
miré un fantasma y quedé estupefacto
y una serpiente colgando de un árbol
dio a mis talones consciencia del acto.
En la portada de mi diccionario
un juramento nació de mi mano.
Sigo las letras de mi itinerario
igual que rechazo seguir a Abbagnano.
Todo incoherente; todo desgraciado;
todo me disgusta y más lo perfecto.
La rueda del tiempo ya no ha girado,
ando sobre ella igual que un insecto.
Glauco
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