Todos se han olvidado de la estrella
que tintineó ayer noche bajo el cielo.
No hay marca ni registro en la centella
inerte, incomprendida, tras el velo.
Es imposible no dejar la huella
sin haber atentado contra el suelo.
Se deja huella sin pisar otros
sólo si aquéllos son, también, nosotros.
Glauco
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