He llorado tanto sintiendo el amor,
no porque me duela, no por desistir,
sólo porque hay algo que tiene el sabor
de lo que muy pocos nos quieren decir.
Me ha nacido un breve pedazo de río
en la temblorosa boca que susurra,
siento que comparte lo nuestro y lo mío
y en un solo fuego todo se tusturra.
Lloro porque suele llorar la siniestra
vida del recuerdo volviéndose olvido.
Lloro porque pasa esta vida nuestra,
cuando algunas veces ni la hemos vivido.
Lloro porque nunca me alcanza la fuerza
para acariciar los dedos de Dios
ni para acercarme a la mano tersa
que a mi corazón lo convierte en dos.
Todas las pisadas con que me sostienen
mis pies me han dejado raíces a tierra,
mas mis pobres pasos nunca se detienen,
cual la jacaranda que al viento se aferra.
El amor me calma, el amor me mueve,
me lleva a lo nuevo y a lo ya sabido,
es un grito fuerte en un llanto leve
que es todo en mi vida y todo lo ha sido.
Glauco
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