sin cadenas ni celdas, eres brasa,
un instante, un reloj, una terraza,
eres todo, horizontes y laderas.
Desvaneces en mí tus maravillas
y me vuelves, contigo, un nuevo hombre
con césped, con amor, con otro nombre,
un mar que roza todas las orillas.
¡Bendita por venir a despertarme
a un mundo con desgracia y con consuelo!
¡Bendita luz perenne en este cielo!
Eres toda esperanza para amarme,
un vuelo trascendente por doquiera
que nuestro amor nos lleve, sin frontera.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario