a ti como acude el cielo
a la tierra, como el muro
acude a la rebelión.
Me llamas, amor, y llego
a ti como los rebeldes
al muro, a ti como el cielo
llega a la tierra sin sol.
Me llamas, amor, y llamo
al conjuro de tu vida
así como el verde prado
llama a crecer a la flor.
Me llamas, amor, y digo
desde el silencio un conjuro
que rehace lo que has perdido
y te llama nuevo amor.
Me llamas, amor, y muero
así como muere el Bennu
y renazco siendo nuevo:
allí donde tú eres yo.
Glauco
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