encuentran sus propios pasos;
se nos escapan los brazos
de la luna en la laguna;
no hay vista que se reúna
con aquello que se mueve;
el diez se convierte en nueve
y el invierno en primavera.
No hay mirada que no quiera
sentir por un tiempo breve.
Breve el brillo del metal,
la vuelta del girasol,
el respiro del alcohol,
la furia del animal,
el pecado original…
Es breve la inoportuna
mujer que llaman fortuna.
Breves son todos los trazos
que hacemos con nuestros pasos
mientras miramos la luna.
Glauco
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