sentí tantas estrellas en la mano,
la espalda, el pie; la esencia de Vulcano
me da el ardor de todas las soleras.
Puedo sentir el sol de las maderas
fundiéndose en el corazón arcano:
carbón, pasión playera del humano;
sudor y contracciones de las fieras.
Es la dilatación de los metales,
los vidrios, los vapores, los sonidos,
la que nos tiene inquietos y escondidos
detrás de los instintos animales.
No estoy hablando de estro ni de amor,
tan sólo estoy hablando del calor.
Glauco
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