el día que éste cantó sobre sus ramas.
En aquella canción decía “Tú amas
igual al sembrador y al carpintero”.
También decía el jilguero en sus cantares:
“tú vas con quienes van y luego vienen,
los amas porque todos ellos tienen
lo que tú no y se llevan tus pesares.”.
El álamo al jilguero le decía
“amén, hermano errante, que así sea,
¡qué todo aquel que canta y aletea
pueda llevarme a amar con alegría.”.
Orar es un cantar que permanece
dos veces en donde lo bello crece.
Glauco
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