Se atiza el fuego y no sé quién atiza.
La bruma abreva hervores de la brisa
sin saber bien que toda brisa es breve.
El hombre piensa y no sé bien quién piensa.
Se siente amor y no sé bien quién siente.
Los cánticos caminan lo caliente
del cómico cantar que no comienza.
¿Acaso hay un sujeto conocido
que sea y al ser sí mismo nada sea?
¿Acaso hay un misterio que no crea
que allí en el ego todo está perdido?
¿Quién es ése que todos llaman quién?
No es un ese, ni aquél, es un también.
Glauco
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