de imágenes y espejos me acomete.
Laureles luminosos: diecisiete
fragmentos de un amor vuelto metralla.
Cada que parpadeas mi piel se calla
de múltiples maneras puntillosas.
Volcánicos tus poros: las hermosas
espinas en que tu calor estalla.
Cada que parpadeas se sintonizan
tus ojos con mis ojos. Y lo oscuro
se vuelve una esperanza del futuro.
Yo debo parpadear y se me erizan
de miedo los extremos. Sólo espero
que sientas tú también cómo me muero.
Glauco
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