luz leve que en el hombre se enfurece;
se dice es la metáfora que crece
en ese don oscuro y cefaleo.
Se dice que es el don de conocer,
en donde imaginar es ser creativo,
en donde comprender es estar vivo,
en donde está el misterio del saber.
El fuego no se ubica en la cabeza,
en ella está la sombra de los dioses:
reminiscencia, necedad y voces…
El fuego es labrador de la sorpresa
bendita que sostienen los humanos.
El fuego se concentra en nuestras manos.
Glauco
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