y, sin embargo, encuentro nueva senda
en cada paso dado, convencido.
No sé de casi nada. Aunque no entienda
y no logre saber lo voluntario
del dios que me encontré en una leyenda.
No sé de casi nada. El calendario
ha tapado mis ojos. Ignorante,
he captado las letras del breviario
sin saber que decían algo importante.
No he sabido el misterio del oficio
del amor tierno y no beligerante,
ése que halla su paz en el servicio
y al infiel lo convierte en conmovido.
No he logrado acceder al sacrificio
del saber y por eso estoy perdido.
Glauco
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