Presentación

Presentación

jueves, 9 de enero de 2020

Higo

En un jarrón está la miel de un higo.
Estoy seguro que era un higo rojo,
pues calma mi apetito, cual abrojo,
del beso dulce que soñé contigo.

Crece tu boca, un sueño, como breva
en las lluvias de julio. La cosecha
primera nos hace saber la fecha
en que estará tu boca como nueva. 

Algún día habrá de ser que yo te bese,
algún día habrá de ser que yo te muerda,
algún día nuestra miel hará la cuerda

del tiempo, cuando mi apetito cese.
Cuando la miel de tu higo sea la mía
habrá lluvia en mi boca todo el día. 

Glauco

miércoles, 8 de enero de 2020

El corazón de Atlas

Sobre los hombros de Atlas el velo de la muerte
arrasa con el frío, le tapa la mirada
dejándole en ceguera, sintiendo la caliente
coraza de la guerra llevar atrás su espada. 

Y en sus hombros calientes hierven llanos y selvas,
rugiendo se desviven, muriendo entre explosiones.
Sus piernas flexionadas ante la muerte tiemblan
débiles y asustadas, cual ciervos y leones. 

Corona de su esfuerzo volviéndose de espinas,
es la carga de un grueso velo desolador,
que se va derritiendo cayéndole encima
al Atlas castigado, muerto por el calor. 

El sudor es sangriento, tiene hambre y tiene sed.
Sangra temor de muerto, busca vino de paz
y un bocado de trigo que esperará crecer
en este mundo vivo, aunque vivo sin más. 

El dolor y la pena que ensordecen la boca
del Atlas que se queja por cargar destrucción,
son aquello que funde el acero con roca,
dando por resultado dolor del corazón. 

El corazón de Atlas palpita lentamente
sufriendo por la carga que se vuelve pesada.
El corazón de Atlas y el velo de la muerte
llevan la misma carga muerta y descobijada. 

Glauco

martes, 7 de enero de 2020

Yo no sé nada

Yo no sé nada del mundo,
cuando nací ya era así,
ya andaban los vagabundos
los caminos baladís.

Yo no sé nada del miedo,
ya al sentirlo lo tenía,
ya temía quedarme ciego
aunque el mundo no veía. 

Yo no sé nada del tiempo,
va muy rápido pasando,
se come mi alma y mi cuerpo,
naciendo me va enterrando. 

Yo no sé nada del triunfo
prometido a los nacidos,
a eso vinimos al mundo,
a ganar cuando morimos. 

Glauco

lunes, 6 de enero de 2020

Tú, el paisaje

Igual que un panorama nunca visto
me veo cuando te miro y no me miras.
No arranco de tu boca voz en tiras,
pero al silencio nuestro me resisto. 

Resístome a ser tromba de ojos verdes.
Resístome a ser trueno de sonrisas.
A penas a lo lejos te divisas,
toda la resistencia en mí se pierde. 

Se pierde mi mirada tras la tuya.
Dispara perdigones la granada
que une razones con corazonadas. 

Puedo ser un paisaje que patrulla
buscando hacerle guardia a tu mirada;
hacerte amor y mímesis hablada.


Glauco